Estados Unidos cuenta con un complejo sistema de votación híperdescentralizado, indirecto y segmentado. En el país la organización de los escrutinios reposa casi exclusivamente en los estados, que a su vez se apoyan en la tarea de los condados y ciudades.

Cada estado organiza los comicios a su modo y en ellos los estadounidenses deben escoger representantes que posteriormente deben dar a conocer su intención en el Colegio Electoral.

En relación a la población, a los estados se les concede un número fijo de electores. Así, California lidera la lista con 55, seguido de Texas con 38, y Nueva York y Florida con 29. El total es de 538 y es imprescindible contar con 270 para ganar.

En Estados Unidos no necesariamente llega a la Casa Blanca el candidato que sume más votos, pues salvo Maine y Nebraska, en los demás estados es posible ganar la elección por un voto y llevarse el 100% de los electores.

Por el complejo sistema de votación que tiene el país, son más útiles las encuestas por estado, que permiten calcular los electores que sumaría cada postulante. Ante eso, las mediciones pueden ser simplificadas al analizar el partido político que impera en cada zona, ya que esto no suele cambiar en los procesos electorales.

Desde que comenzó este sistema de votación, es conocido el dominio que tienen los republicanos en los estados. Sin embargo, pese a que tienen a Texas, alcanzan una menor población. No es lo mismo que ocurre con los demócratas, quienes tienen menos estados, pero están más poblados. Esto constituye un equilibrio en la cantidad de electores seguros de cada candidato, razón por la que los estados denominados “oscilantes” son los que definirán el resultado de las elecciones.

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Sondeos

Si se revisan las mediciones hasta hoy, la candidata demócrata, Hillary Clinton asegura seis estados, donde destaca California, Nueva York y Massachusetts, más el distrito federal, Washington DC. Si bien en otros 11 no alcanza una excesiva ventaja, podría ganar en Illinois, Nueva Jersey y Minnesota, entre otros. De esta forma, Clinton lograría imponerse en 18 estados y sumar 217 electores.

En tanto, son nueve los estados que sostienen al candidato republicano, Donald Trump. Entre ellos está Alabama, Kentucky y Oklahoma. Además se aferra a otros 14, donde lidera Texas, Georgia y Arizona. Así Trump suma 23 estados y 191 electores, es decir, 26 menos que su contendor.

También, pese a que el empresario da por asegurado algunos estados, es probable que no sea así. “Un estado sorpresivamente competitivo es Arizona, con el que los republicanos suelen contar. Las encuestas sugieren que va a ser, como mínimo, una disputa pareja. Los sondeos en Georgia también están más reñidos de lo que uno normalmente esperaría, a pesar de ser un estado en el que los republicanos ni siquiera se molestan en hacer campaña”, señaló a Infobae, Kevin K. Banda, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Nevada, Reno.

Estados oscilantes

La elección la terminará definiendo Florida, Pensilvania, Ohio, Carolina del Norte, Virginia, Wisconsin, Colorado, Iowa, Nevada y New Hampshire. Cada uno de ellos tiene un equilibrado número de demócratas y republicanos.

De acuerdo a los datos de las encuestas, Clinton logra una pequeña ventaja en todos, con excepción de Ohio. Por entre cuatro y seis puntos, la exdiplomática vencería en Colorado, Pensilvania, Virginia y Wisconsin, mientras que en Nevada, New Hampshire y Carolina del Norte, sería por dos puntos o menos.

En cambio, el magnate republicano se impondría con un pequeño margen en tres de los 10: Florida (0,4%), Iowa (3,2%) y Ohio (2,2%).

Clinton ha tenido pequeñas ventajas en esos estados durante gran parte de la campaña, aunque nunca pudo comprar más de un par de puntos porcentuales. Pero parece que Trump tendrá que ganar en todos ellos si quiere imponerse. A Clinton puede que le alcance con sólo uno o dos de ellos, particularmente Carolina del Norte y Florida”, indicó Thomas M. Carsey, profesor de ciencia política de la Universidad de Carolina del Norte-Chapel Hill.

Desempate

En el caso que ambos candidatos alcancen los votos necesarios para llegar a la Casa Blanca, se aplicaría la misma medida si es que ni Trump o Clinton llegasen a los 270 electores.

De acuerdo a la 12ª Enmienda Constitucional, el presidente será designado por la Cámara de Representantes, escogida en la elección.

Sin embargo, esto no sería resuelto por voto directo, pues si bien éste cuenta con 435 miembros, sólo hay 50 sufragios -uno por cada estado-. Esto quiere decir que los congresistas deben acordar a quién elegir y el que reciba el respaldo de al menos 26 estados, será el nuevo presidente.