Cuando los estadounidenses acudan a las urnas el 8 de noviembre, no solo votarán por el próximo presidente del país, también está en juego la composición del Congreso, decenas de miles de cargos locales y varios referendos.

El partido del presidente debe controlar al menos una de las cámaras del Congreso, el Senado y la Cámara de Representantes, para tener alguna probabilidad real de aprobar sus reformas.

Cámara

Cámara de Representantes: sus 435 curules están en juego, para un periodo de 2 años en representación de distritos locales. Los republicanos controlan esta cámara con 246 escaños, contra 186 de los demócratas y tres vacantes tras renuncias y una muerte.

No se espera que los demócratas tomen el control en noviembre, pero los expertos predicen que ganarán algunos escaños.

Senado: Como en cada año electoral, un tercio (34) de los 100 escaños serán renovados por un periodo de seis años. Los senadores representan a los estados. Todos los estados tienen dos senadores.

El Partido Republicano controla actualmente el Senado con 54 senadores, contra los 44 demócratas y dos independientes que se inclinan por los demócratas. El Partido Demócrata solo necesita ganar cuatro escaños para controlar el Senado si Hillary Clinton gana la Casa Blanca, ya que el vicepresidente tiene el rol decisivo si el Senado queda partido 50-50.

Estatales y locales

Doce de los 50 estados elegirán nuevos gobernadores, quienes solo rivalizan con los senadores –que viajan frecuentemente desde Washington– por la relevancia política en sus regiones.

Por otro lado, miles de cargos locales están en disputa, incluyendo asambleas legislativas estatales y consejos municipales, jueces, alcaldes y jefes policiales.

Referendos

Un total de 157 propuestas serán puestas a consideración de los electores en 35 estados, según la enciclopedia Ballotpedia: desde la legalización de la marihuana y el salario mínimo, a la cobertura médica y control de armas. Los votantes en California decidirán si obligan a los actores porno a usar condones.