Laos es el país sobre el que más bombas por habitante se arrojaron durante el conflicto en la vecina Vietnam, entre 1964 y 1973. Washington intentaban cerrar las vías de suministro del Vietcong, lo que se tradujo en el lanzamiento de dos millones de toneladas de bombas, más del total de bombas que largaron los aliados en Japón y Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.

En el marco de la cumbre de Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que se realiza en Laos, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se reunió con laosianos heridos o mutilados por la explosión de bombas durante la guerra de Vietnam.

Un 30% de las bombas tiradas sobre Laos no estalló, lo que representa unas 80 millones de bombas, incluidas de fragmentación, activas, lo que ha provocado accidentes desde el fin de la guerra que han matado o hirido a más de 20.000 personas.

“En las últimas cuatro décadas, la gente de Laos vive a la sombra de la guerra”, dijo Obama en una visita a un centro que distribuye prótesis a las personas mutiladas por el estallido de las bombas.

El martes, Obama, primer presidente estadounidense en viajar a este pequeño país comunista, anunció que Estados Unidos aportaría 90 millones de dólares para evaluar y retirar las bombas sin estallar.