El exestudiante de la universidad de Stanford, Brock Turner, que había sido condenado a seis meses de prisión por una violación en el campus fue liberado el viernes luego de haber cumplido solamente tres meses.

Su puesta en libertad, justificada en el plano legal, volvió a conmocionar a la opinión pública estadounidense, que ya había considerado muy débil la pena de seis meses con la que se le castigó, a causa de la gravedad del crimen cometido.

Las cadenas de televisión mostraron al exdeportista de 21 años, saliendo del establecimiento penitenciario del condado de Santa Clara en San José, California.

Turner, que en enero de 2015 violó a una joven inconsciente en el campus de Stanford, volverá ahora a su casa familiar en las afueras de Dayton, en Ohio, según medios estadounidenses.

Una petición apoyada por más de un millón de firmas reclamó el despido del juez Aaron Persky, exdeportista de Stanford al igual que el acusado, denunciando su “toma de partido” en favor de Brock Turner.

Persky, despertó indignación por condenar a Turner a sólo seis meses de cárcel y libertad condicional por la violación, al afirmar que temía que una condena de prisión más larga lo “afectara severamente”.

Su padre había afirmado, durante la audiencia de la sentencia, que su hijo no merecía ir a la cárcel, considerando que era “un precio altísimo a pagar por 20 minutos de acción de sus más de 20 años de vida”.

La joven violada describió en el juicio las heridas psicológicas y el rechazo que sentía hacia su propio cuerpo.

También fustigó a Turner por declarar que “una noche de copas puede arruinar una vida”.

“Arruinar una vida, una vida, la tuya. Te olvidaste de la mía”, le dijo durante el juicio, mirándolo a la cara.

El caso puso el foco de la atención pública en las violaciones en las universidades estadounidenses, donde, de acuerdo a un estudio, más de una de cada seis mujeres son violadas durante su primer año mientras están bajo efecto del alcohol o drogas.