Un juzgado de instrucción acusó este miércoles de homicidio culposo a un policía blanco que disparó a muerte a un hombre afroamericano desarmado en Atlanta, Georgia (sur de EEUU), informó la prensa local.

El ahora expolicía James Burns fue acusado de homicidio culposo y asalto agravado, entre otros cargos, por el asesinato el 22 de junio de Caine Rogers, quien iba desarmado, informó la filial local de NBC.

Ese día Rogers, de 22 años, estaba dentro de su coche detenido delante de un complejo de apartamentos, en la calle Monroe Drive de Atlanta. Al mismo tiempo, Burns respondía a una llamada sobre un supuesto robo en ese edificio.

El oficial argumentó que Rogers amenazó su vida, pero la investigación posterior arrojó que Burns no sabía si el coche tenía alguna vinculación con el robo ni si el hombre al volante tenía alguna relación con el caso, según NBC.

“Como los padres de Caine Rogers, estamos agradecidos de que el juzgado de instrucción inculpara al oficial James Burns”, escribieron Deravis Thomas y Melva Rogers en un comunicado divulgado por NBC.

“Estamos muy satisfechos con este resultado y, aunque nada nos traerá a nuestro hijo de vuelta, sabemos que es un importante primer paso”.

Este episodio ocurre en momentos en que las tensiones raciales en Estados Unidos están particularmente tirantes.

El 5 de julio, un policía blanco ejecutó a quemarropa a un hombre afroamericano desarmado en Baton Rouge, Luisiana (sur).

Éste y otro incidente similar en Minnesota provocaron en respuesta el asesinato de cinco policías blancos a manos de un separatista negro en Dallas, Texas, el 7 de julio, durante una manifestación contra el racismo en las fuerzas del orden.

El 22 de julio, en Miami, un policía blanco hirió de un tiro en la pierna a un terapeuta afroamericano desarmado que estaba echado en el suelo, con las manos en alto, intentando convencer a su paciente autista que saliera del medio de la calle.