Estados Unidos instó el lunes a Irán a respetar los derechos humanos y a tener procesos imparciales, aunque estuvo lejos de condenar explícitamente la ejecución de un científico nuclear iraní el fin de semana por supuesto espionaje en beneficio de Washington.

La ejecución en la horca de Shahram Amiri, de 39 años y cuyo paradero era desconocido desde 2010, fue divulgada el domingo por el portavoz de la justicia iraní, Gholamhossein Mohseni-Ejeie.

El anuncio ocurrió más de cinco años después de que Amiri fuera parte de un polémico caso que incluyó acusaciones de secuestro de la CIA.

En rueda de prensa este lunes, la portavoz de la diplomacia estadounidense, Elizabeth Trudeau, afirmó de forma general el “llamado a que Irán respete y proteja los derechos humanos con el fin de asegurar que haya procesos judiciales justos y transparentes en todos los casos”.

Sin embargo, Trudeau se negó a declarar particularmente sobre el caso de Amiri, quien desapareció en junio de 2009 en Arabia Saudita, donde realizaba un peregrinaje.

En julio de 2010 reapareció en Estados Unidos pidiendo volver a su país, donde terminó siendo recibido por las autoridades iraníes.

Mohseni-Ejeie indicó el fin de semana que Amiri había sido “condenado a muerte” y que había “apelado el veredicto, pero la Corte Suprema confirmó la pena”.

Estados Unidos protagonizó un deshielo histórico de sus relaciones con Teherán al impulsar negociaciones internacionales para lograr un acuerdo sobre el programa nuclaer iraní, que finalmente se suscribió el 14 de julio de 2015 en Viena.