Las autoridades estadounidenses anunciaron este miércoles que las amenazas proferidas contra la comunidad musulmana no serán toleradas, luego de que se reportaran incidentes tras la masacre en un club gay de Orlando perpetrada por un musulmán.

“Las violaciones a los derechos civiles son una prioridad del FBI”, dijo a periodistas el agente especial Ron Hopper.

“Investigaremos los incidentes reportados contra personas de cualquier clase (…) incluyendo raza, religión y orientación sexual”, añadió.

El fiscal federal Lee Bentley subrayó que “proferir esas amenazas no solo está mal, en muchos casos es ilegal” por lo que “deben detenerse”.

Las autoridades pidieron a la población ayudar en la investigación de la masacre del domingo, que constituyó el peor atentado desde el 11 de septiembre de 2001, que dejó 49 muertos además del atacante, en su mayoría latinos, y 53 heridos.

Los investigadores rechazaron comentar sobre los reportes que señalan que la esposa de Mateen estaría enfrentando cargos por su presunto conocimiento de sus intenciones de perpetrar el ataque.

Según la cadena CNN, un fiscal federal presentaría elementos de su investigación a un gran jurado, incluyendo el hecho de que la mujer habría acompañado a Mateen a comprar el arma y al club Pulse, en una presunta misión para planear el ataque.