Tras huir a Corea del Sur, algunos desertores se ven en problemas en una sociedad donde se sienten extraños. Para unos pocos, la única solución es cruzar la frontera de vuelta, a pesar de los riesgos que ello implica.

Corea del Sur hierve en especulaciones para tratar de entender por qué un ciudadano de Corea del Norte que había desertado al Sur recién en noviembre de 2020 decidió atravesar la Zona Desmilitarizada el 1 de enero para retornar al empobrecido país del norte.

Algunos desertores dicen que a veces para el resto es difícil entender la enorme presión que tienen sobre sus hombros.

Esto, mientras intentan adaptarse a una forma de vida que les es completamente ajena, diferente en todo aspecto a lo que habían experimentado antes.

Una desertora cuya tía también regresó al Norte tras experimentar la vida en el Sur dijo que la mayor motivación tras la determinación adoptada por su tía fue el anhelo de volver a ver a la familia. Incluso si eso significaba ser castigada por el régimen de Kim Jong-un.

La cobertura mediática de la “deserción búmeran”, como ha sido llamada, al principio se centró en criticar a los militares que custodiaban la frontera.

Esto, por no detener al hombre que avanzaba hacia el Norte, que ha sido identificado solo por su apellido, Kim.

De hecho, el Ejército surcoreano es criticado cada vez que alguien consigue su objetivo de atravesar la frontera sin que nadie lo detecte.

Sin embargo, las deserciones a través de la Zona Desmilitarizada (DMZ) son muy raras. Se trata de una frontera de 248 kilómetros de extensión llena de minas antipersonas, trampas antitanques y tropas de combate.

Una falla de vigilancia “grave”

Tras las críticas, el Ejército surcoreano se disculpó el miércoles 5 de enero por haber provocado preocupación pública y dudas sobre sus capacidades para proteger las fronteras.

“Realmente lamento haber preocupado a la ciudadanía como consecuencia de este incidente”, dijo el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Won In-choul.

“Prometo hacer todos los esfuerzos necesarios para que no vuelvan a ocurrir incidentes similares”, agregó.

¿Por qué algunos desertores regresan a Corea del Norte?
Archivo | DW

El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, calificó lo sucedido como una falla de seguridad “grave” que los militares no deben repetir.

Ordenó, además, una inspección especial a todos los puestos de seguridad, según su portavoz, Park Kyung-mee.

Aparte de las críticas a las Fuerzas Armadas, también surgieron las dudas sobre por qué un desertor elige regresar a un país.

Es esta zona la calidad de vida es menor y la existencia misma se enfrenta a numerosas dificultades, al menos desde una mirada externa.

Diferencias de Corea del Norte y del Sur

Los reportes conocidos hasta ahora señalan que el desertor había encontrado trabajo como conserje y luchaba mucho por ganarse la vida.

El Ministerio de la Unificación, que tiene la tarea de ofrecer a los desertores cursos para familiarizarlos con la vida en el Sur, señaló que el hombre había recibido asistencia financiera, ayuda para hallar alojamiento y trabajo, además de asistencia médica.

A la fecha, de los más de 30.000 norcoreanos que han realizado el peligroso viaje hacia el Sur, solo 30 han elegido volver a su patria en la última década.

“Cada una de las personas que retorna tiene sus razones”, dice Ju Chan-yang, de 30 años, quien huyó en 2010 de su hogar en Chongjin, en el extremo noreste de Corea del Norte.

“Algunas personas tienen problemas para mantener un empleo, otras tienen dificultades para adaptarse a las diferencias culturales, mientras que otras sienten que en el Sur se les discrimina”, pondera.

Ella no hace ni un esfuerzo por ocultar su acento del Norte, pero a otros desertores ese tema les complica porque no quieren convertirse en objeto de curiosidad para el resto.

A su tía una vez le pasó que un taxista la hizo bajarse del vehículo cuando le preguntó por su acento y ella le dijo que era desertora.

Este tipo de situaciones ocurre sobre todo con la gente mayor, que tiene profundas reservas con el Norte, porque muchos recuerdan la amarga Guerra de Corea, que se extendió militarmente entre 1950 y 1953.

Desertar de vuelta a Corea del Norte

Sin embargo, el incidente del taxi no fue el motivo por el que la tía de Ju decidió regresar al Norte, a pesar de que sus otros familiares asentados en el Sur le suplicaban que no lo hiciera.

“La hermana mayor de mi padre llegó al Sur en 2015, pero dejó en el Norte a su única hija”, explica Ju.

“Ella era médica y, por lo tanto, una persona importante en la sociedad norcoreana, y su hija también había estudiado medicina y no quería dejar Corea del Norte”, agrega.

La tía de Ju tuvo problemas al comienzo. Para trabajar como doctora, tenía que volver a calificarse, pero no tuvo éxito y se vio forzada a trabajar en un restaurante.

Hacia 2018, empezó a pensar en volver al Norte, a pesar de que su propio hermano le rogaba que se quedara.

“No hemos sabido mucho de ella desde que regresó, porque sería peligroso que tratáramos de contactarla”, dice Ju.

“Pero hemos sabido que la obligan a asistir a reuniones y a decirle a la gente que ella desertó al Sur, pero que allí la vida era terrible y por eso regresó. Es propaganda, pero ahora no tiene otra opción”, explica.

Casey Lartigue es cofundador y copresidente de Freedom Speakers International. Se trata de un grupo con sede en Seúl que ayuda a los desertores a aprender inglés, para que tengan mejores oportunidades de trabajo.

Él dice que ha escuchado innumerables historias de las dificultades que deben enfrentar los desertores después de llegar a lo que era percibido como una especie de paraíso cuando todavía estaban en el Norte.

Un lugar al menos familiar

“Incluso entre los norcoreanos refugiados que están felices de haber escapado, a veces hay asuntos familiares que podrían motivarlos a intentar volver”, dice Lartigue.

“Algunos refugiados han sido apresados en China cuando regresaban del Norte tras haber visto a hijos o familiares y forzados a retornar a Corea del Norte”, señala.

“He escuchado de otros casos de norcoreanos refugiados que regresaron a Corea del Norte para entregarles dinero a sus familiares, porque no confían en los intermediarios, o para ayudar a un familiar en problemas o incluso para tratar de sacar del país a otros que tienen miedo de escapar por su cuenta”, revela.

“Algunos pueden preguntarse por qué alguien querría volver a Corea del Norte, pero puede ser que los nuevos problemas en Corea del Sur les parezcan a los refugiados la gota que rebalsó el vaso en una vida plagada de dificultades”. Y para muchos, la mejor respuesta es sencillamente volver a un lugar que – al menos – se sienta familiar.