El mandatario surcoreano insistió en que "la paz es un requisito previo esencial para la prosperidad".

El presidente surcoreano, Moon Jae-in, dijo este lunes que insistirá en su intento de lograr avances diplomáticos y en las negociaciones de paz con Corea del Norte en sus últimos meses en el cargo, antes de que finalice su mandado de cinco años en mayo.

“No cejaré en los esfuerzos de institucionalizar una paz sostenible” con Pyongyang, dijo Moon este lunes en su último discurso de Año Nuevo al frente del país.

El mandatario considera que aún tiene un largo camino por recorrer para mejorar las relaciones intercoreanas, según palabras recogidas por la agencia de noticias Yonhap.

Moon señaló que busca emprender “un camino irreversible hacia la paz”, en una aparente referencia a la iniciativa de su Gobierno de adoptar una declaración de paz con Corea del Norte y otros países.

Lo anterior, para poner fin a la técnicamente vigente Guerra de Corea (1950-53), el conflicto civil que desembocó en la división actual de la península y que terminó con un armisticio, no un tratado de paz.

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Seúl aseguró la semana pasada haber acordado “virtualmente” con Washington el borrador de una declaración para dar por finalizada la guerra.

Este contaría con el visto bueno de Pekín, aunque las fuentes oficiales de ambas potencias han optado por guardar silencio, y Pyongyang tampoco ha hecho ninguna mención sobre la propuesta.

Silencio de Corea del Norte

“Si reanudamos el diálogo y la cooperación, la comunidad internacional responderá”, añadió Moon.

El actual presidente espera que “los esfuerzos de diálogo también continúen en la próxima administración”.

Además, insistió en que “la paz es un requisito previo esencial para la prosperidad” que “tiende a romperse si no se institucionaliza”.

En su propio discurso de Año Nuevo, el líder norcoreano, Kim Jong-un, no mencionó los llamamientos del Sur ni hizo a alusión a las estancadas negociaciones sobre desnuclearización con Estados Unidos.

El mandatario norcoreano buscaría con la propuesta impulsar el pausado diálogo, aunque el hecho de que se proponga firmar una declaración, y no un tratado de paz, subraya que en realidad no sería un acuerdo vinculante.

El diálogo sobre desnuclearización lleva atascado desde la fallida cumbre de Hanói de 2019, debido a la “política hostil” que Corea del Norte considera que EE.UU. mantiene hacia el régimen.