Ya son 34 los muertos que se lamentan por la erupción del volcán Semeru el pasado sábado, mientras que hay 17 desaparecidos y 56 heridos. Las autoridades estiman que miles de casas resultaron dañadas por la violenta actividad desatada por el macizo.

La violenta y destructiva erupción del volcán Semeru, al este de la isla de Java (Indonesia), ha dejado ya al menos 34 personas muertas, según el último reporte entregado este martes por el portavoz de la Agencia Nacional de Desastres (BNPB), Abdul Muhari. Más de 3.500 habitantes tuvieron que ser evacuados de la zona afectada por la actividad volcánica.

“El último balance recibido es que en este momento 34 personas han fallecido y 17 están desaparecidas” tras la erupción ocurrida el sábado, que cubrió de ceniza y arrasó más de diez localidades, indicó el funcionario. Además, el número de heridos aumentó a 56. El balance precedente daba cuenta de 22 muertos y numerosos lesionados, muchos con quemaduras.

Miles de casas y edificios resultaron dañados, incluidas 38 escuelas, según datos provisionales del Centro de Asistencia Humanitaria para la gestión de desastres (AHA Centre) de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Las autoridades indonesias han cifrado además en 3.697 los desplazados “debido a los daños en sus hogares por los materiales volcánicos”.

Desplazar viviendas

Las tareas de rescate, en las que participan perros de búsqueda, se están viendo dificultadas por las condiciones meteorológicas que azotan la región y las bolsas de aire caliente que emanan del Semeru, de 3.676 metros de altura. La montaña más alta de Java arrojó una enorme columna de cenizas el sábado y envió ríos de lava ardiente que inundaron las aldeas a sus pies. Calles enteras se llenaron de montones de ceniza gris y lodo, cubriendo camiones o casas hasta el techo.

El volcán mantiene una actividad intermitente, con varias erupciones todos los días, aunque de menor magnitud desde el fin de semana. El presidente indonesio, Joko Widodo, prometió que el gobierno ayudará a aquellos que no pueden volver a casa debido al riesgo de erupción, y se ha establecido un radio de exclusión de 5 kilómetros en torno al cráter.

“Espero que cuando las cosas se calmen, podamos reparar las infraestructuras y pensar en la posibilidad de desplazar las viviendas de las zonas que se consideran peligrosas”, dijo, estimando que se trataba de unas 2.000 casas. Indonesia está situada en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, donde el encuentro de placas tectónicas provoca una gran actividad sísmica.