Las autoridades sanitarias chinas reiteraron el lunes que la situación está bajo control en Pekín, donde el domingo se registraron nueve nuevos casos de contaminación. Las infecciones están disminuyendo, pero se mantienen las restricciones y continúan las pruebas masivas a los residentes.

Pekín está muy lejos de la situación de escasez encontrada en Wuhan el pasado enero. Ya se han realizado casi 2,5 millones de pruebas desde que se descubrieron los primeros casos hace 10 días en la capital china. Y la capacidad de testeos acaba de ser aumentada.

Ciento veinticuatro instituciones se encargan de realizar estas pruebas, entre ellas 73 hospitales, 31 laboratorios, pero también estadios y gimnasios donde se recogen las muestras, con una capacidad de hasta un millón de pruebas por día si es necesario.

Prioridad para repartidores a domicilio

Después de los visitantes y empleados del mercado de Xinfadi, la fuente del contagio, después de las personas más frágiles, es el turno de los repartidores, los camareros de restaurantes, las personas que trabajan en trabajos de “contacto” para ser testeados primero.

Los controles se han reforzado en el sector de la alimentación con el cierre de una fábrica de Pepsi este lunes por la mañana en Daxing,
no lejos del aeropuerto, donde 8 personas han dado positivo en los últimos días.

Si bien los medios de comunicación estatales acogen con satisfacción el número de un solo dígito de nuevas contaminaciones y el “éxito de las medidas rápidas y estrictas que han detenido la propagación del virus”, las autoridades no quieren correr ningún riesgo.

Las llegadas y salidas siguen siendo limitadas y altamente reguladas. Con un llamado a todos a hacer un esfuerzo: equipos médicos de Wuhan han llegado como refuerzos, según el sitio web oficial The Paper.
Y se ha pedido urgentemente a 13 mayoristas de la provincia de Hebei que suministren a los habitantes de Pekín verduras y productos frescos que han desaparecido desde el cierre de varios mercados de la ciudad.

Segunda ola en Corea del Sur

Una preocupación que también prevalece en Corea del Sur, el segundo país afectado por la epidemia después de China el invierno pasado. Las autoridades sanitarias de Corea del Sur dijeron el lunes que el país se encuentra en la segunda ola de neumonía viral desde hace un mes con la aparición regular de nuevos brotes de infección.

Hasta ahora, los médicos también han logrado extinguir los brotes. Se han notificado cinco nuevos casos de infección en Seúl y su área metropolitana el domingo pasado. Pero el fuego no ha sido apagado y las medidas de distanciamiento social se han reforzado en algunas zonas. En Seúl, un hombre de cincuenta años fue arrestado después de insultar a un conductor de autobús que le pidió que llevara una máscara.

Apuntando a cero Covid-19

Sin embargo, estas medidas están muy alejadas de las restricciones chinas, ya que Corea del Sur no ha adoptado hasta ahora ninguna medida de contención de la población. Una diferencia de medios y objetivos.

Las autoridades chinas tienen la intención de volver a un país con “cero casos de Covid” como fue el caso durante 55 días en Pekín.

Esta es una ambición difícil de alcanzar en una sociedad abierta, según los expertos de Corea del Sur. Ejemplo de esto es lo ocurrido en Daejeon, una ciudad en el centro de Corea del Sur que no tuvo ninguna infección local durante 40 días antes de que se descubriera un nuevo brote la semana pasada.