China puso en cuarentena este jueves a una segunda ciudad, Huanggang, en la que viven 7,5 millones de habitantes, para frenar la epidemia del nuevo coronavirus que surgió en la metrópolis de Wuhan (centro), también aislada por las autoridades.

La circulación de trenes de Huanggang, situada a 70 km de Wuhan, será interrumpida hasta nuevo aviso al final de la jornada, anunció el alcalde de la ciudad.

Suspensión del transporte

El Gobierno chino suspendió el funcionamiento del transporte público en Wuhan, la ciudad de 11 millones de personas, donde se originó el coronavirus, que hasta el momento ha matado a 17 personas y ha infectado a centenares, incluyendo una persona en Estados Unidos.

De acuerdo al New York Times, las autoridades chinas cancelaron la salida de aviones y trenes de la ciudad a partir del jueves, y suspendieron el tránsito de autobuses, metro y otros transportes al interior de Wuhan.

La medida busca “cortar efectivamente la transmisión del virus, frenar de manera decidida la propagación de la epidemia y garantizar la seguridad y la salud de las personas”, señalaron las autoridades.

La suspensión del transporte podría cancelar los planes de muchos turistas chinos que viajan a la zona para celebrar el Año Nuevo Lunar, además el gobierno instó a los residentes de Wuhan a no dejar la ciudad, salvo en casos realmente necesarios.

El virus

Este coronavirus genera una viva preocupación por su similitud con el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS), que mató a casi 650 personas en toda la región en 2002-2003.

Wuhan es una ciudad encerrada y atemorizada. Con 11 millones de personas, la metrópolis en el centro de China, donde se sitúa el origen del nuevo coronavirus, se ha aislado del mundo con la esperanza de detener la epidemia.

La gran mayoría de los 440 casos de contaminación por este nuevo virus, de la misma familia del SRAS, fueron registrados en esta ciudad, auténtico centro de comunicaciones situado a orillas del río Yangtsé.

La epidemia fue detectada por primera vez el mes pasado, en un mercado de abastos de la ciudad. El nuevo saldo oficial es de 17 muertos, y los científicos temen una mutación y una propagación del virus.

Tras haber ignorado la enfermedad durante semanas, los habitantes reaccionaron súbitamente estos últimos días y sacaron las máscaras protectoras, según explicaron a la AFP varios residentes, contactados desde Pekín.

“El miedo realmente aumentó desde el lunes, cuando revelaron que la gente podía contagiarse entre si“, relata Melissa Santos, una estudiante dominicana instalada en Wuhan desde 2018.

Las autoridades dijeron en un primer momento que el virus parecía transmitirse directamente de animal a hombre, y que no había contaminación interhumana.

Charly Bonnassie, un estudiante francés que tomó el miércoles un tren procedente de Wuhan, asegura que “100% de los viajeros y del personal” iban con máscaras.

No hay más máscaras en las farmacias, todo desapareció”, contó Vincent Lemarié, un profesor de francés que enseña en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hubei, la provincia de Wuhan.