La Cachemira india vivió su tercer día de bloqueo impuesto por las autoridades, que quieren impedir una revuelta violenta tras revocar el estatuto de autonomía de esta conflictiva región, donde al menos un manifestante ha muerto en los últimos días.

“Sabemos que Cachemira lucha y que va a explotar, pero no sabemos cuándo”, declaró a la AFP un responsable de seguridad en el valle de Srinagar. “No sé cómo se puede levantar el bloqueo sin que estallen manifestaciones violentas”, agregó.

Tras preparar sus movimientos en el mayor secreto, el gobierno nacionalista hindú del primer ministro Narendra Modi retiró por decreto presidencial la autonomía constitucional al estado de Jammu y Cachemira (norte).

Luego hizo votar en el parlamento indio la desintegración del estado, a riesgo de calentar aún más los ánimos en esta zona enfrentada a una insurrección separatista desde hace 30 años.

Cachemira, también reivindicada por Pakistán, lleva desde el domingo aislada del mundo, con las comunicaciones cortadas, los comercios cerrados y las calles desiertas.

Pese al despliegue de un fuerte dispositivo de seguridad y las restricciones de movimiento y reunión en vigor, en los últimos días se han producido algunas manifestaciones esporádicas en la ciudad de Srinagar.

Un responsable de la policía, bajo condición de anonimato, declaró a la AFP que el martes un joven manifestante perseguido por la policía en el casco histórico de esa urbe “saltó al río Jhelum y murió”.

Srinagar está considerada el bastión de la contestación contra India, que buena parte de la población de Cachemira, mayoritariamente musulmana, ve como una fuerza de ocupación.

Las manifestaciones han dejado al menos seis heridos, según informaciones fragmentadas obtenidas por la AFP, a quien un responsable médico anunció que un hospital de Srinagar había recibido seis pacientes con heridas de diversa índole.

Las autoridades indias, por su parte, aseguran que en esta región fronteriza en continua disputa con Pakistán desde hace décadas la situación es de calma.