El líder norcoreano Kim Jong Un apuntó que los ensayos misilísticos realizados el martes fueron una “advertencia” a Estados Unidos y Corea del Sur, en una nueva fase de agravamiento de tensiones en la península coreana.

Corea del Norte lanzó el martes dos proyectiles que Corea del Sur identificó como misiles de medio alcance, en coincidencia con la realización de ejercicios militares en territorio surcoreano con participación de Estados Unidos.

De acuerdo con la agencia noticiosa estatal KCNA, Kim acompañó personalmente los lanzamientos que verificaron la “capacidad bélica” de los “misiles tácticos guiados de nuevo tipo”. Según KCNA, Kim señaló que esta acción militar “sería una ocasión para enviar una advertencia apropiada a las maniobras militares conjuntas que efectúan Estados Unidos y Corea del Sur”.

El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Corea del Sur había afirmado que Corea del Norte lanzó dos proyectiles que “asumimos se trata de misiles balísticos de medio alcance”.

Las maniobras militares conjuntas entre Corea de Sur y Estados Unidos siempre han sido un elemento de tensión en la región, pero es la primera vez que Corea del Norte realiza ensayos misilísticos durante los ejercicios.

El gobierno de Corea del Norte ya advirtió en varias oportunidades que los ejercicios militares conjuntos podrán descarrilar los esfuerzos realizados por Washington y Pyongyang para pavimentar algún tipo de acuerdo sobre la desnuclearización de la península coreana.

Las actuales maniobras militares conjuntas en territorio surcoreano han sido reducidas drásticamente con relación al plan original, pero aún así Corea del Norte considera que los ejercicios no pasan de una provocación.

Con los lanzamientos del martes, Corea del Norte completó cuatro pruebas, de dos misiles cada una, en apenas los últimos 12 días, y el gobierno en Pyongyang adelantó que habrá todavía más.

Diálogo amenazado

Así, la actual escalada de tensiones puede derribar los esfuerzos empeñados por Washington y Pyongyang de llevar sus diferencias a la mesa de diálogo.

Luego de un año de amenazas y tensión creciente, Donald Trump y Kim mantuvieron un histórico encuentro el año pasado en Singapur, cuando firmaron un vago documento sobre “desnuclearización” de la península.

Los dos dirigentes volvieron a encontrarse en Vietnam, en una reunión que terminó abruptamente sin acuerdos, y se reunieron rápidamente en la Línea de Demarcación que divide la península coreana.

En ese último encuentro, Trump y Kim acordaron mantener canales de conversación a nivel técnico, aunque esos contactos aún no han sido retomados.

Los ensayos misilísticos y la retórica de Kim sugieren que esos contactos de diálogo con Estados Unidos difícilmente serán retomados en el corto plazo.

Al fin de la cumbre del año pasado en Singapur, Trump había sorprendido al anunciar la suspensión de los ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur, por considerar que podían ser vistos como una provocación. Los ejercicios previstos para agosto del año pasado fueron suspendidos, y finalmente ahora se adoptó una versión más corta y con menos personal envuelto.

El martes, el secretario de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, dijo que los últimos ejercicios militares conjuntos eran “consistentes con la asociación que tenemos con Corea del Sur”.