Al menos 15 personas -entre ellas una de 14 años- han sido arrestadas hasta el momento en relación con las protestas contra el proyecto de ley de extradición y la toma del Parlamento de Hong Kong, el último lunes.

La mayoría de los detenidos, de entre 14 y 36 años, están relacionados con los enfrentamientos registrados el lunes con anterioridad a la entrada al Parlamento.

Un hombre de 31 años ha sido arrestado por su participación en el asalto a la sede legislativa y el “daño criminal” causado en sus instalaciones, según la prensa local.

Este último, conocido como el pintor de “Occupy Mong Kok” -en referencia a la zona comercial de la ciudad ocupada durante la llamada “Revolución de los Paraguas” de 2014- también está acusado de asaltar a un oficial el 21 de junio, cuando los manifestantes rodearon el cuartel general de la Policía hongkonesa.

La mayoría de los detenidos están acusados de cargos como reunión ilegal, ataques a agentes policiales y posesión de armas ofensivas.

Según algunos medios, la Policía estaría preparando redadas en toda la ciudad para detener a docenas de participantes en los enfrentamientos y el asalto al Parlamento, que ya habrían sido identificados.

Inspectores del departamento de lucha contra el Crimen Organizado y del de Identificación junto a expertos forenses del Gobierno local han trabajado los últimos dos días en el Parlamento para recoger pruebas y tomar huellas dactilares.

Los investigadores realizarán también pruebas de ADN recogido en las máscaras antigás, las barras de hierro, los cascos y otros objetos que dejaron abandonados los manifestantes en el complejo legislativo.

A quienes sean detenidos por entrar por la fuerza en el Parlamento se les acusará probablemente de daño criminal, robo y disturbios, delitos que podrían suponer hasta 10 años de cárcel.

La Policía hongkonesa volvió a justificar anoche su inacción del lunes cuando centenares de jóvenes emplearon más de cuatro horas para derribar las puertas de cristal blindado del Parlamento.

En un comunicado, atribuyó su pasividad al uso por parte de los asaltantes de “armas ofensivas” y también de “sustancias químicas tóxicas e inflamables para atacar a los policías”.

Asimismo, la policía hongkonesa aseguró que no actuó, para salvaguardar la seguridad de los manifestantes, los periodistas y de los propios agentes, dada la multitud congregada y la posibilidad de que los asaltantes “incendiasen las sustancias químicas en el interior” del complejo legislativo.