La jefa del ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, calificó este miércoles de “disturbios organizados” las manifestaciones en este territorio chino contra un proyecto de ley que permitiría las extradiciones a la China continental.

“Los disturbios que dañan nuestra sociedad pacífica, ignorando la ley y la disciplina, son inaceptables en sociedades civilizadas”, dijo Lam en un mensaje en vídeo, el primero desde que empezaron las protestas. “Está claro que no son manifestaciones pacíficas sino directamente disturbios organizados”, añadió.

Decenas de miles de manifestantes vestidos de negro, en su mayoría jóvenes, inundaron de nuevos las calles contra este proyecto de ley que, según sus detractores, daría a Pekín poder para perseguir políticamente a los opositores.

Los enfrentamientos estallaron cerca del Consejo Legislativo (LegCo, parlamento), donde se examinará el texto en segunda lectura. Según los analistas, se trata de la mayor violencia desde 1997, cuando Hong Kong, entonces colonia británica, fue devuelto a China.

Según las autoridades, hubo 22 heridos, entre policías y manifestantes.

El parlamento, dominado por los diputados favorables al gobierno de Pekín, anunció por el momento el aplazamiento del debate a “una fecha ulterior”.

Las fuerzas de seguridad rechazaron a los manifestantes que intentaban entrar en el LegCo usando porras, gases lacrimógenas y balas de goma así como bolsas llenas de bolas de plomo.

El jefe de la policía, Stephen Lo, defendió la actuación de los agentes y aseguró que se habían “moderado” ante los “gángsteres” que intentaban tomar el LegCo.

Contra ley de extradición a China

Hong Kong, una antigua colonia británica, ya vivió el domingo la mayor manifestación desde 1997 en la que según los organizadores participaron hasta un millón de personas.

Pero esta movilización espectacular en una ciudad que tiene siete millones de habitantes no hizo variar la posición de Carrie Lam, la jefa del ejecutivo, que rechaza retirar la ley y que este miércoles no dudó en calificar las protestas de “disturbios organizados”.

El texto suscita las críticas de los países occidentales y este miércoles el ministro británico de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt, pidió a Hong Kong que “escuche las preocupaciones” de sus ciudadanos

Muchos hongkoneses temen caer en manos de la justicia china, opaca y politizada, y que la nueva ley afecte además a la imagen de Hong Kong y a su atractivo económico.

El acuerdo de 1984 entre Reino Unido y China para la retrocesión estipulaba que el territorio mantendría su semi-autonomía y sus libertades civiles, que no existen en la China continental, hasta 2047.

Sin embargo, desde hace diez años, el gobierno de Pekín se implica cada vez más en los asuntos de Hong Kong y refuerza su presencia política.