Al menos 23 militares afganos murieron en un ataque de los talibanes contra una base conjunta de las fuerzas gubernamentales y estadounidenses en el suroeste de Afganistán, informaron altos funcionarios este viernes.

El asalto contra la base de Shorab, una de las mayores instalaciones militares del país, en la provincia de Helmand, se inició en la madrugada del viernes, y duró horas.

“La operación se acabó: hay 23 militares muertos, 15 heridos y 20 insurgentes muertos” declaró Ghafoor Ahmad Jawed, portavoz del ministerio de Defensa. Una fuente del gobierno provincial también confirmó el saldo.

Previamente responsables estadounidenses habían asegurado que las fuerzas afganas habían repelido con éxito el ataque, matando a cuatro insurgentes.

Los talibanes controlan o están activos en más de la mitad de los distritos de la provincia de Helmand y suelen perpetrar ataques mortales contra el ejército afgano, sobre todo desde la retirada de las fuerzas de la OTAN en 2014.

El asalto coincidió con una pausa en las negociaciones de paz entre los talibanes y Estados Unidos en Doha, que deberían retomarse este sábado.

El enviado especial de Estados Unidos Zalmay Khalilzad declaró esta semana que los últimos encuentros en el marco de esas negociaciones habían sido “productivos” y que ambas partes “se tomarán los dos próximos días para consultas internas, con la idea de volver a reunirse el sábado”.

Se acerca la temporada de combates

Al parecer, las negociaciones van por buen camino tras los diálogos de alto nivel del mes pasado, que terminaron con un “borrador” sobre la potencial retirada de las tropas estadounidenses y un acuerdo para evitar que Afganistán dé cobijo a terroristas.

Según una información publicada por el diario New York Times el jueves, las tropas estadounidenses podrían retirarse completamente de Afganistán en un plazo de entre tres y cinco años, en virtud de un plan del Pentágono presentado a los talibanes en el marco de un acuerdo para terminar con 18 años de conflicto.

Estados Unidos promovió un alto el fuego y pidió un diálogo entre los talibanes y el gobierno de Kabul, un reclamo rechazado reiteradamente por los insurgentes.

Sin embargo, los talibanes rechazaron la información del rotativo estadounidense, asegurando que no tenían conocimiento de dicho plan.

“No se abrió ninguna conversación […] sobre un gobierno interino o elecciones” y Estados Unidos no “propuso nada” sobre su presencia en Afganistán “por cuatro o cinco años adicionales”, aseguraron los talibanes el viernes en un comunicado.

El gobierno afgano y grupos de la sociedad civil han expresado sus temores ante la posibilidad de que una retirada repentina de Estados Unidos pueda provocar una guerra civil o la vuelta de los talibanes al poder.

Las fuertes nevadas en el país condujeron a una reducción de la violencia este invierno, pero la llegada del buen tiempo en el sur podría comportar el inicio de la temporada de combates.

Los analistas advirtieron que los talibanes podrían incrementar sus ataques en los próximos, intentando compaginar su presencia en el campo de batalla y en la mesa de negociaciones.

Las fuerzas afganas, sin embargo, afirman liderar la lucha contra los insurgentes. Según el Ministerio de Defensa, más de 100 “terroristas” fueron abatidos en los últimos días en varias operaciones por todo el país.

Estados Unidos también intensificó su campaña aérea contra los talibanes y el grupo Estado Islámico, y en 2018 lanzó el doble de la munición empleada el año anterior contra las posiciones de los insurgentes.

HOSHANG HASHIMI / Agencia France-Presse
HOSHANG HASHIMI / Agencia France-Presse