Miles de mujeres de Birmania, Camboya y otros países de escasos recursos son vendidas por la fuerza para contraer matrimonios en China, convirtiéndose en víctimas colaterales de la política del hijo único impuesta durante mucho tiempo en este país, según un informe publicado el viernes en Bangkok.

China, con una población de casi 1.400 millones de habitantes, cuenta hoy con un excedente de 33 millones de hombres debido a la política de control de nacimientos instaurada de 1979 a 2015.

Para compensar esa brecha, decenas de miles de mujeres pobres de Camboya, Laos, Birmania y Vietnam acuden a China cada año para casarse, algunas de ellas de forma voluntaria, y otras miles obligadas por sus familias, o víctimas de traficantes.

En Birmania, cerca de 7.500 mujeres del Estado de Kachin y del Estado de Shan, en el norte del país, son vendidas como esposas a chinos, según este informe publicado por la Escuela Estadounidense de Salud Pública “John Hopkins Bloomberg”.

El estudio, que se basa en testimonios de decenas de mujeres birmanas, revela que la mayoría de ellas fueron obligadas a tener hijos.

Los matrimonios son a menudo arreglados por los ancianos de los pueblos o las familias de las jóvenes, que no pueden rehusar ya que se hallan en la parte más baja de la escala social. A menudo se ven obligadas a casarse con hombres mayores, enfermos o discapacitados.

Sin embargo, algunas uniones acaban saliendo bien, y el asunto del consentimiento es complejo y varía según cada caso, subrayó el autor del estudio, W. Courtland Robinson, en rueda de prensa en Bangkok.

Comprar una esposa cuesta al marido chino entre 10.000 y 15.000 dólares, suma que se reparte entre diversos intermediarios.

Los autores del informe piden asimismo a Birmania que aplique la ley contra la trata de seres humanos y reconozca a estas mujeres como víctimas.