La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA dijo el miércoles que necesita tiempo para examinar la reelección indefinida en Bolivia, tras escuchar el planteo en contra de representantes de la sociedad civil y a favor del gobierno de Evo Morales.

“Daremos la debida consideración a los argumentos de cada parte”, dijo la presidenta de la CIDH, Margarette May Macaulay, al cabo de una hora de audiencia pública en Washington, sin dar fechas sobre cuándo se pronunciará.

“Se necesita tiempo para llegar a una conclusión”, afirmó.

La CIDH, ente autónomo de la Organización de Estados Americanos, examinará la repostulación de Morales ante el planteo de dos ONG, la Fundación Observatorio de Derechos Humanos y Justicia (FODHJ) y la Fundación de los Derechos Humanos (HRF).

El mandatario izquierdista, en el poder desde 2006, fue habilitado el martes para presentarse a las elecciones primarias de enero próximo, una condición ineludible para participar de las presidenciales de octubre de 2019 para el período 2020-2025.

A fines de 2017, Morales logró que el Tribunal Constitucional de Bolivia autorizara su candidatura, en el entendido de que hacerlo era su derecho humano.

Miembros de la sociedad civil boliviana pidieron el miércoles a la CIDH una interpretación el artículo 23 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos al respecto, solicitando además un tratamiento acelerado del tema.

“La reelección no es un derecho humano”, dijo el abogado constitucionalista José Antonio Rivera durante la audiencia. “Esa pretensión de continuismo es ilegal”, afirmó.

De su lado, el Estado boliviano, representado por el canciller Diego Pary y otras autoridades, aseguró que la repostulación de un candidato no viola derecho alguno y representa “una mera posibilidad” sobre la cual se pronunciarán los electores.

“Nuestra Constitución es la más garantista en términos de derechos”, dijo Pary, entregando a Macaulay una copia legalizada de la sentencia del tribunal constitucional.

Mientras Pary hablaba se podían ver carteles con la bandera de Bolivia y la leyenda “Evo violador de la Constitución”.

Varias veces durante la sesión, la presidenta de la CIDH debió pedir a amabas partes que se abstuvieran de aplaudir o hacer otro tipo de manifestación que distorsionara el desarrollo de la audiencia.