El balance del fuerte sismo que sacudió el domingo la isla de Lombok, en el sur de Indonesia, subió a 164 muertos, mientras que 156.000 personas fueron desplazadas a causa de los enormes daños materiales, anunciaron el jueves las autoridades locales.

“El balance aumentó a 164 muertos, al menos 1.400 personas resultaron gravemente heridas y 156.000 fueron desplazadas”, declaró a la AFP un portavoz de la agencia nacional de gestión de catástrofes, Sutopo Purwo Nugroho. Un anterior balance provisional daba cuenta de 131 muertos.

Tras un terremoto de magnitud 6,9 ocurrido el domingo, decenas de miles de casas resultaron dañadas o destruidas, según las autoridades, que esperan que el balance de víctimas aumente, en la medida en que los equipos de rescate siguen descombrando la zona con excavadoras.

Los lugareños, apurados, abandonaron sus hogares para refugiarse en tiendas o en refugios levantados junto a las carreteras o en los arrozales, bajo el tropical calor del archipiélago del sureste asiático.

En algunos campamentos había escasez de alimentos y algunos de los desplazados padecen traumas psicológicos tras este segundo sismo en una semana. El primero, que se registró el 29 de julio, dejó al menos 17 muertos en la isla volcánica, muy popular entre los turistas.

“Seguimos esperando información sobre la situación en las zonas más afectadas del norte de la isla, pero está claro que el sismo del domingo fue particularmente devastador”, declaró el director del equipo de la Cruz Roja en Lombok, Christopher Rassi, en un comunicado.

Según él, el 75% de las viviendas resultaron dañadas en ciertas aldeas del este y el norte de Lombok.