Una “salva de aranceles” estadounidenses a bienes chinos marcó en el primer minuto del viernes el inicio de la guerra del presidente Donald Trump contra el mayor socio comercial de su país y desató temores en todo el mundo.

China reaccionó de inmediato y señaló que estaba “obligada a tomar las contramedidas necesarias” “para defender los intereses fundamentales del país y de su población”, según señaló en un comunicado el ministerio chino de Comercio.

Pekín no ofreció detalles de inmediato sobre cuales serán esas “contramedidas” pero se espera que afecten a productos de agricultura estadounidenses para golpear a los sectores que han dado su apoyo a Trump.

China acusó además a Washington de lanzar “la mayor guerra comercial de la historia económica” con la imposición de estos nuevos aranceles y denunció que “Estados Unidos ha violado las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC)”.

El gobierno de Trump impuso aranceles de 25% sobre máquinas y productos electrónicos chinos por hasta 34.000 millones de dólares, y se espera que la respuesta china sea de una magnitud equivalente.

La entrada en vigor de estos aranceles marca el fracaso de meses de negociaciones entre las dos mayores economías del mundo, y ocurre en momentos en que importantes voces de la industria alertan sobre las consecuencias internas en Estados Unidos.

Son también el eco de las propuestas de Trump como candidato presidencial, en 2016, cuando en cada discurso fulminaba la competencia china en el comercio internacional.

Washington acusa a China de haberse apropiado de patentes de tecnología de punta ya sea a través de las obligaciones a las empresas estadounidenses para operar en el mercado chino o simplemente mediante el robo.

El año pasado, el déficit comercial de Estados Unidos con China alcanzó nada menos que 372.200 millones de dólares, un número que desató la incontenible ira de Trump.

Industrias nerviosas

Sin embargo, aún resta ver si Trump cumplirá sus recientes amenazas de responder a represalias comerciales chinas con más presión y más aranceles, hasta cubrir virtualmente todas las importaciones desde el gigante asiático.

Cuando la entrada en vigor de las tarifas ya se encontraba en el conteo regresivo, el jueves la Reserva Federal (el banco central estadounidense) alertó que una inminente guerra comercial es una “nube negra en un cielo azul” para la economía local.

En la visión de la Fed, las incertidumbres generadas por los aranceles y políticas comerciales restrictivas pueden socavar las inversiones y la confianza de las empresas.

En este sentido, un sondeo con firmas industriales confirmó el jueves que las empresas ya no esconden su preocupación ante la ira comercial del presidente.

Indicios de inflación

“Estamos comenzando a ver indicios de inflación. No es una inflación aguda, pero definitivamente es inflación”, dijo Anthony Nieves, del Institute for Supply Management.

El inicio de la guerra comercial también confirmaría la ampliación del foso que separa a Trump de su partido, el Republicano, que tradicionalmente defiende el libre comercio.

Como el partido Republicano enfrenta creciente resistencia de cara a las elecciones legislativas de noviembre, las represalias de China dejan vulnerables a Trump y los legisladores de su base de apoyo en el Congreso.

La influyente Cámara Estadounidense de Comercio, el mayor órgano de cabildeo corporativo, admitió esta semana que represalias de China, Canadá, México y la Unión Europea, entre otros, ya afectan a 75.000 millones de dólares de exportación estadounidense.

De acuerdo con la Cámara de Comercio, parte importante de ese efecto se siente en regiones del país donde Trump contó con una mayoría muy estrecha en las elecciones de 2016, dato que abre un interrogante sobre qué podría ocurrir en las elecciones de este año.