Una primera familia de los cientos de miles de personas de la minoría de musulmanes rohinyás que se refugiaron en Bangladés para huir de la violencia en Birmania en 2017 volvió al país, anunció el sábado el gobierno birmano.

“Los cinco miembros de esta familia fueron enviados junto a los suyos en Maungdaw”, anunció el gobierno en un comunicado.

Esta localidad, ubicada al lado del río Naf que marca la frontera entre los dos país, está en el epicentro de la crisis.

Según agosto del año pasado más de 670 mil rohinyás huyeron a Bangladés, para escapar de la violencia, que la ONU calificó como una “limpieza étnica” orquestada por el ejército birmano.

El gobierno “va a verificar con ellos cuáles son las dificultades que encuentran las personas que han sufrido debido a los conflictos” para “mejorar el proceso de repatriación”.

Las autoridades no precisaron si este primer retorno, simbólico, va a estar seguido de otros.

La cuestión del retorno de los refugiados es seguido de cerca por la comunidad internacional y las oenegés han alertado de la falta de preparación de Birmania, que debería haber construido campamentos temporales para los rohinyás, ya que muchos de ellos sufrieron la quema de sus hogares en la violencia.

A estas dificultades se suma la discriminación contra este grupo en Birmania, atizada por el nacionalismo budista.