Tú que manejas tu auto, que compartes un asado con los amigos, que compras el pedido de la semana en el supermercado, ¿te has preguntado si Chile está al alcance de los misiles nucleares de Corea del Norte?

Este país está cerca de convertirse en una potencia atómica. En 2017 han realizado 14 pruebas de misiles balísticos, algunos capaces de recorrer miles de kilómetros de distancia. Su objetivo: disparar una ojiva nuclear hacia los Estados Unidos. ¿Esa ambición coloca a Chile dentro de su rango de alcance?

Julio de 2017. El régimen de Pyongyang prueba, por primera vez en su historia, un misil balístico intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés). Kim Jong­ Un, el “líder supremo” de la nación asiática, ubica a su empobrecido país en un exclusivo club de gigantes. Sólo Estados Unidos, Rusia y China poseen en su arsenal semejante armamento.

El Pentágono afirma que “no han visto estos cohetes anteriormente”, Moscú reconoce “el éxito de los lanzamientos”, Pekín manifiesta “preocupación por la estabilidad en la región”. La comunidad internacional expresa su alarma. La cancillería de Chile “repudia enérgicamente las acciones” de Corea del Norte.

Pyongyang, por su lado, se burla de las condenas del mundo. No una vez, sino dos, en menos de 30 días. Lanza par de misiles, uno más potente que el otro. Se jactan los mandos militares. “Podemos golpear cualquier punto del planeta”, aseguran en los medios. ¿Tendrán razón o es pura fanfarria?

STR | AFP
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¿Riesgo tangible o presunción ficticia?

Con apretar un botón, presumen los medios norcoreanos, el “líder supremo” puede convertir el día en noche en “cualquier punto del planeta” (lo que incluye a Chile), sueño largamente anhelado por la dinastía Kim. ¿Pero cuán cierta es la afirmación?

El misil de mayor alcance probado por Pyongyang es el Hwasong­14, lanzado los días 4 y 28 de julio de 2017. Según fuentes militares, el primer proyectil alcanzó un rendimiento de 930 km de recorrido, 2 mil 802 km de altura y tiempo de vuelo de 37

minutos. La prueba del 28 de julio fue más exitosa (o temible, depende del lado donde se mire): el proyectil se desplazó 998 km, se elevó a más de 3 mil 700 km y se mantuvo en el aire unos pasmosos 47 minutos.

La exagerada elevación restó alcance efectivo al disparo. En situación de combate, el tiro hubiese presentado un ángulo menos pronunciado, explicó David Wright, experto de la Unión de Científicos Preocupados (UCS, siglas en inglés). Esta ONG reveló un dato mucho más preocupante: con una trayectoria estándar el misil habría recorrido 10 mil 400 km, sin considerar el impulso de rotación de la tierra. Aunque resulta un tramo consistente, ¿es suficiente para llegar a Chile?

Business Insider
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Chile: al otro lado del océano más ancho

Aunque pocos lo sepan, Chile es el principal socio comercial de Corea del Norte en América Latina. Según reporta la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, citada por varios medios, el intercambio comercial entre ambas naciones superó los 25 millones de dólares. Los sectores metalúrgico y alimentario acapararon la mayoría de los negocios.

Aun así, Chile es aliado de los Estados Unidos en el hemisferio, y como dice el refrán, “los amigos de mi enemigo…”.

El Hwasong­14 del 28 de julio pasado, un arma aún en desarrollo, habría podido desplazarse 10 mil 400 km como máximo. Eso le impediría llegar a la tierra chilena más próximo a Corea del Norte: Isla de Pascua, a poco más de 14 mil km. Sin embargo, fuentes rusas afirman que estos misiles superan los 15 mil km de vuelo. De ser cierto, Isla de Pascua estaría al alcance de las armas nucleares de Pyongyang.

El territorio continental chileno, por ahora, estaría a salvo. La ciudad de Arica, en el norte de Chile, se encuentra a 17 mil km de la frontera entre las dos Coreas, aún lejos del máximo alcance de las armas de Kim Jong­Un. A pesar de ello, algunas variables podrían impulsar los lanzamientos algunos kilómetros extras.

¿Chile fuera de rango?

El planeta Tierra gira de este a oeste a una velocidad de 1600 km/h (en el Ecuador). La fuerza centrífuga brinda un impulso adicional a los lanzamientos de ICBM en esa dirección, justo la que utilizaría Corea del Norte en su afán por atacar a los Estados Unidos (e hipotéticamente a Chile). Es como lanzar una pelota desde un automóvil en movimiento: el objeto “avanzará” más si se lanza en dirección contraria al desplazamiento del vehículo.

Teóricamente, los 15 mil kilómetros de rango máximo podrían incrementarse, en dependencia de la altitud y el tiempo que los proyectiles permanezcan en la atmósfera. Algunos consideran que cada 7 mil kms. de distancia, con el ángulo habitual de lanzamiento de los ICBM, pueden sumarse mil kms extras. Los 2 mil kms. que le restaban al misil para llegar a Arica ya no parecen tan imposibles.

Lo que sí no es una presunción es el interés norcoreano de desarrollar los disparos submarinos. Según fuentes del Pentágono, Pyongyang desarrolla actualmente una “actividad submarina inusual”, con evidencia de “pruebas de eyección” destinadas a evaluar “sistemas de lanzamientos en frío”. Esos mecanismos permiten impulsar el misil antes de encender los motores de combustible, “previniendo daños al submarino o a la barcaza sumergible”.

Si el régimen de Kim Jong­ Un avanza en esta tecnología, como mismo ha desarrollado lo demás, los norcoreanos podrían disparar misiles nucleares desde cualquier punto del Océano Pacífico donde patrullen sus naves. En ese caso, hipotéticamente, llegarían un poco más allá de Arica.