Corea del Norte es uno de los países más herméticos del mundo, lo que pasa en esa nación durante cada día es desconocido para el resto de la comunidad internacional, incluyendo a sus aliados como China.

Una de las pocas formas de saber lo que pasa en Corea del Norte es a través de las informaciones que entrega su vecino del sur (la otra Corea), y además por la que proporcionan personas que han huido del país gobernado por la dinastía Kim desde hace más de 60 años.

La veinteañera Lim Ji-Hyun se convirtió en una personalidad pública desde su llegada a Corea del Sur en 2014, y solía acudir a programas televisivos sobre los refugiados que huyen del Norte.

Pero el domingo apareció en un vídeo difundido en la televisión norcoreana, contando que la idea que se había hecho de lo que era la vida en Corea del Sur estaba desconectada de la realidad.

En este vídeo, colgado en la página web norcoreana Uriminzokkiri, Lim afirma haber “vuelto a casa” el mes pasado para vivir con su familia en la ciudad de Anju, en el oeste.

Se desconoce si el regreso fue voluntario. Los medios de comunicación surcoreanos especulan con que pudo haber sido secuestrada en la frontera entre China y Corea del Norte mientras intentaba reunirse con familiares.

La policía surcoreana, que fue a su domicilio y examinó sus movimientos bancarios, declaró al diario surcoreano JoongAng Ilbo que nada daba la impresión de que hubiera decidido cambiar de vida y regresar al Norte.

“Las autoridades competentes investigan sobre la tránsfuga norcoreana Lim Ji-Hyun”, declaró Lee Yoo-Jin, portavoz del ministerio de Unificación surcoreano.

Los servicios de inteligencia surcoreanos declinaron hacer comentarios.

Vestida con ropa tradicional de seda y con una insignia roja con el retrato de los dos exdirigentes norcoreanos Kim Il-Sung y Kim Jong-Il, Lim Ji-Hyun cuenta llorando su vida “miserable” en el Sur, donde “lo único que importa es el dinero”.

‘Escoria de la humanidad’

“Me fui a Corea del Sur con la fantasía de que iba a comer y a vivir bien, pero el Sur no era el lugar que yo me había imaginado”, dice, precisando que esperaba poder trabajar como actriz.

“Cada día en el Sur fue un infierno. Lloraba cada noche pensando en la madre patria y en mis padres en el Norte”.

Lim Ji-Hyun acusó a una cadena de televisión surcoreana de haberla obligado a mentir sobre su vida en el Norte.

“Todo lo que dije en la televisión estaba escrito (…) para presentar a los norcoreanos como bárbaros, ignorantes y estúpidos”, dijo, añadiendo que se sentía una “escoria de la humanidad”.

En el pasado, otros norcoreanos que huyeron al Sur antes de reaparecer en el Norte fueron exhibidos en programas de propaganda.

En estos casos, las autoridades surcoreanas sospechan que fueron secuestrados o se vieron obligados a volver al Norte por amenazas a sus familias.

La zona desmilitarizada (DMZ) entre las dos Coreas es uno de los lugares más fortificados del mundo, y la inmensa mayoría de los norcoreanos que quieren irse al Sur lo hacen pasando primero por China (donde se exponen a ser enviados a su país si los detienen) y transitando por otro país.

Una vez en el Sur, los norcoreanos suelen contratar a gente para intentar traer a su familia. Pero algunos vuelven a la frontera sinocoreana, un viaje arriesgado por la cantidad de agentes norcoreanos presentes en la zona.

En total, desde el final de la Guerra de Corea (1950-1953), más de 30.800 norcoreanos huyeron de la pobreza y la represión para asentarse en el Sur, la mayor parte de ellos durante la hambruna de los años 1990.

La afluencia se redujo desde la llegada al poder de Kim Jong-Un a finales de 2011, debido al refuerzo de la vigilancia norcoreana de la frontera, lo que hizo aumentar las tarifas de los pasadores.