El único norcoreano detenido en el marco de la investigación del asesinato de Kim Jong-nam, -hermanastro del dirigente norcoreano, en Kuala Lumpur-, fue liberado el viernes, mientras crecía la tensión entre Corea del Norte y Malasia a causa del crimen.

Los cargos contra Ri Jong-chol, de 47 años, no justificaban una inculpación, había explicado el jueves el fiscal general de Malasia, Mohamed Apandi Ali.

Este norcoreano, trabajador en el ramo de la tecnología informática, fue detenido poco después del asesinato del hermanastro de Kim Jong-un el 13 de febrero en el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur, donde fue envenenado con un agente neurotóxico.

El vehículo en el que fue trasladado Ri, con chaleco antibalas, abandonó escoltado la comisaría en dirección a los servicios de inmigración, situados en Putrajaya, la capital administrativa, según un oficial de policía.

“No será cuándo será expulsado pues tienen que arreglar cuestiones de papeleo”, dijo.

La policía quiere interrogar a otros siete norcoreanos, incluyendo un diplomático de la embajada de Corea del Norte en Kuala Lumpur y un empleado de la aerolínea que se encontrarían en Malasia. Otros cuatro sospechosos huyeron de Malasia el día del asesinato.

La liberación de Ri se produjo dos días después de que dos sospechosas fueran inculpadas.

Imágenes de las cámaras de videovigilancia mostraron cómo dos mujeres se acercan por la espalda a Kim Jong-nam, y una de ellas le tira, al parecer, algo a la cara. La víctima fue llevada a la clínica del aeropuerto pero falleció durante su traslado al hospital.

Según Kuala Lumpur la víctima fue envenenada con el agente neurotóxico VX, una versión más mortal del gas sarín, indoloro, inodoro y tan tóxico que fue catalogado como arma de destrucción masiva.

Siti Aisyah, una indonesia de 25 años, y Doan Thi Huong, una vietnamita de 28 años, inculpadas el miércoles por asesinato, podrían enfrentar la pena de muerte.

Ambas aseguran que fueron engañadas y que creían que estaban participando en una broma grabada en video. La policía malasia defiende que sabían lo que hacían.

Desde que estallara este caso con tintes de Guerra Fría, Corea del Sur ha acusado a su vecino del Norte, citando una “orden permanente” del dirigente Kim Jong-un para eliminar a su hermanastro, crítico con el régimen norcoreano.

Corea del Norte, que no ha reconocido la identidad de la víctima, ha criticado vehementemente la investigación de las autoridades malasias, a las que acusa de estar aliadas con sus enemigos. Además, Pyongyang tampoco aceptó las conclusiones de la autopsia y sostiene que la víctima murió de una crisis cardiaca.

Las desavenencias diplomáticas entre ambos países, que hasta la fecha guardaban buenas relaciones, se agravan cada día.

Kuala Lumpur anunció la anulación, a partir del 6 de marzo, de un acuerdo bilateral de exención de visados que permite a sus nacionales respectivos visitar el otro país sin visado.