Al menos 12 personas murieron y una treintena resultaron heridas en un ataque con bomba este viernes a las 23:00 hora local, en un mercado de Davao, la mayor ciudad del sur de Filipinas. Debido al número de heridos, se teme que el número de muertos aumente.

El presidente Rodrigo Duterte, alcalde de esta ciudad de dos millones de habitantes durante cerca de dos décadas, se encontraba allí este viernes en las cercanías del ataque, sin embargo resultó ileso.

La explosión se produjo en un concurrido mercado, cerca de un hotel muy frecuentado por turistas y empresarios, que no se vio afectado.

Hemos encontrado esquirlas procedentes de un artefacto explosivo casero“, declaró un portavoz de la presidencia, Martin Andanar, a la radio DZMM.

Por el momento, las autoridades no han querido pronunciarse sobre la autoría del ataque. En el pasado, Davao ha sido escenario de atentados mortales cometidos por insurgente islamistas o rebeldes comunistas.

Por ahora no podemos dar una respuesta definitiva a la cuestión de ‘¿quién está detrás?’“, subrayó Paolo Duterte.

Davao se sitúa en la isla meridional de Mindanao, donde los separatistas musulmanes protagonizan desde hace décadas una rebelión armada que ha dejado más de 120.000 muertos. Los rebeldes comunistas, levantados en armas desde 1968, también están presentes en las zonas rurales cerca de Davao.

Desde su llegada al poder en junio, el presidente Duterte ha lanzado conversaciones de paz con los insurgentes, logrando la semana pasada un acuerdo para prolongar indefinidamente la tregua decretada en el marco de esas negociaciones.

Duterte ha iniciado asimismo conversaciones de paz con dos de los principales grupos rebeldes islamistas, entre ellos el Frente Moro Islámico de Liberación (MILF). Al mismo tiempo, el nuevo presidente filipino ha lanzado una ofensiva militar contra el grupo islamista Abu Sayyaf, creado a principios de los 90, que ha declarado lealtad al grupo Estado Islámico.