Un doble atentado en una popular estación balnearia de Tailandia dejó un muerto y 19 heridos, entre ellos, varios turistas extranjeros, en la noche del jueves, casi un año después otro atentado que causó 20 víctimas en la capital Bangkok.

“Una mujer tailandesa murió y (…) otras 19 personas resultaron heridas” por la explosión de dos bombas, señaló un agente local a la AFP bajo cobertura de anonimato. “De los 19 heridos, tres se encuentran en estado grave y siete son extranjeros -cuatro mujeres y tres hombres-“, añadió, precisando que dos de las heridas eran holandesas.

“La primera bomba explotó frente a un pub” situado en la zona turística de Hua Hin, a dos horas de Bangkok, señaló la misma fuente.

La segunda bomba explotó 30 minutos después, a medio centenar de metros de la primera, en esta zona cercana a la playa en la que se concentran numerosos bares y restaurantes frecuentados por los turistas.

Los heridos fueron hospitalizados en Hua Hin. Los medios locales difundieron imágenes de turistas extranjeros en sillas de ruedas en el hospital, recibiendo los primeros cuidados.

Hua Hin es una localidad frecuentada por numerosos turistas extranjeros, pero también tailandeses. Muchos habían llegado a esta estación balnearia el jueves, por ser el inicio de un largo fin de semana feriado, con motivo del cumpleaños de la reina de Tailandia el viernes.

En Hua Hin, con su primera línea de playa invadida por los grandes hoteles internacionales y los bares nocturnos, también se encuentra la residencia de verano de la familia real.

Ninguna reivindicación

Por el momento, la doble explosión no ha sido reivindicada, como suele ser el caso en Tailandia. Los conflictos comerciales y políticos se saldan frecuentemente con ataques con granadas y otros artefactos explosivos, aunque la policía no excluye ninguna pista.

“La investigación sigue en marcha para esclarecer el tipo de bomba y los motivos” de este ataque, declaró un responsable de la policía.

Tailandia, que acoge cada año a millones de turistas, no ha escapado de los atentados masivos.

El último de magnitud tuvo lugar en agosto de 2015, cuando 20 personas, entre ellas numerosos turistas chinos, murieron en la explosión de un bomba en pleno Bangkok.

En abril de 2015, un coche bomba exploto en el párking de un centro comercial en la gran isla turística de Koh Samui, hiriendo levemente a siete personas.

En el ataque del año pasado en Bangkok, el peor de la historia del país, no hubo reivindicación, aunque las autoridades sospechan que pudo ser cometido por un grupo ligado a la minoría musulmana uigur de China, sin vínculo con el terrorismo internacional islamista.

La única región afectada habitualmente por las explosiones de bombas artesanales es el extremo sur del país, en la frontera malasia.

Allí, una insurrección de musulmanes independentistas sin relación con el terrorismo internacional hasta la fecha, ha dejado miles de muertos en una década de conflicto. Los ataques son dirigidos generalmente contra los militares tailandeses.

No obstante, hasta ahora los independentistas no han reivindicado ataques fuera de su región, en este PAÍS gobernado por una junta militar desde que un golpe de Estado derribó en 2014 al anterior gobierno.

Las autoridades militares cuentan con la economía para reactivar la estancada economía del país.