Durante el pasado domingo, el nuevo presidente de Bolivia Rodrigo Paz, confirmó quiénes son los nuevos miembros de su gabinete. En sus palabras, las principales tareas son la recuperación económica y recomponer lazos con otros países, entre ellos Chile.
En ese contexto, determinó que el nuevo canciller boliviano es Fernando Aramayo, un experto en gestión pública y relaciones internacionales, quien trabajó en varios organismos multilaterales y organizaciones no gubernamentales.
De acuerdo al Programa De Las Naciones Unidas Para El Desarrollo (PNUD), Aramayo fue Coordinador de Programas y Gestión Institucional en Bolivia.
“Cuenta con experiencia de trabajo en transformación constructiva de conflictos, diálogo y negociación, gestión pública, gestión institucional, gestión del conocimiento, entrenamiento y fortalecimiento de capacidades en transformación de conflictos, diálogo, mediación y negociación”, detallaron.
También ha sido parte de oficinas como la Corporación Alemana para la Cooperación Internacional, Banco Interamericano de Desarrollo, Agencia de Desarrollo Internacional de Suecia.
“Como ministro de relaciones exteriores me corresponde, particularmente, fortalecer la diplomacia boliviana, y proyectar la voz de Bolivia con dignidad, respeto y firmeza”, expuso en su primer discurso.
“Trabajaremos para consolidar una política exterior moderna, soberana, abierta al diálogo y defensora del multilateralismo, que construya puentes, alianzas estratégicas y abra nuevas oportunidades comerciales”, añadió.
En ese contexto, es muy probable que Fernando Aramayo sea el encargado de una posible recomposición de las relaciones Chileno – bolivianas en los próximos años. Así al menos lo estimaba Rodrigo Paz en una entrevista con Canal 13.
“Yo creo que hay que dejarnos de ciertas tonterías, entrar al ámbito de un fortalecimiento de relación con Chile, que es real, aunque no esté en papeles diplomáticamente hablando. Es real la vinculación comercial, familias enteras se van para Chile y vuelven, yo me las encuentro en la ruta”, indicó el pasado 25 de agosto.
“Yo voy a reabrir las relaciones con Chile, voy a reabrir las relaciones con los Estados Unidos, voy a reabrir relaciones con todo aquel que sea un buen socio, para que Bolivia se reactive y la gente tenga empleo, trabajo y una vida digna en la patria”, añadió.
“Lo del mar es un tema que está, y los chilenos tienen que entender, está en nuestro espíritu. Pero el espíritu también tiene que dar de comer. Y eso significa cambiar las relaciones con Chile y generar una dinámica económica diferente, pero además para luchar con todo contra eso que hay en la frontera de ilegalidad, de contrabando, de narcotráfico, de trata de personas”, cerró.
Hay que señalar que Chile y Bolivia no tienen relaciones diplomáticas desde 1978. Estas habían sido suspendidas en 1962.
Los países han tenido dos diferendos ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya (Países Bajos) en los últimos años.
El primero de ellos planteaba, por parte de Bolivia, que Chile tenía una obligación legal de negociar una salida soberana al océano Pacífico. Esto fue fallado en 2018 a favor de Chile (12 votos contra 3), indicando que este último no estaba en deber de establecer una tratativa con su vecino.
Asimismo, el gobierno chileno interpuso una demanda ante la CIJ en 2016, por uso de las aguas del río Silala. En 2022, la corte determinó que se trataba de un curso de agua internacional, por lo que ambos países tenían derecho a un uso equitativo.