Sandro Castro, nieto del histórico dictador cubano Fidel Castro, se convirtió en el foco de una nueva polémica en el país caribeño luego de publicar un video en redes sociales donde presume de un lujoso automóvil Mercedes Benz.

Ante la cámara, alardea no sólo de su “juguetico”, sino de las velocidades que alcanza, mostrando como el velocímetro marca hasta 140 kilómetros por hora mientras avanza por una ruta vacía.

El registro fue duramente criticado debido a la dura crisis económica que sufre Cuba, no siendo la primera vez que Sandro ostenta sus lujos frente a la empobrecida población, reporta Infobae, acotando que el joven es también conocido por ser dueño de varios bares frecuentados por la élite del país en La Habana.

“Papi, miren lo que toca pap. Porque tu sabes que nosotros somos sencillos, pero de vez en cuando hay que sacar los jugueticos que están en casa”, se jacta, indicando también que “miren que lindo cómo esto va a 140 (kilómetros por hora) caballero. Esto es cosa gorda mi gente, para que no se equivoquen”.

Previamente, recuerda Infobae, en 2019 Castro publicó una fotografía de su vehículo con el tanque lleno de combustible, en medio de una dura escasez del recurso.

Una crisis desesperada

La situación en el país caribeño no han hecho más que empeorar con las sanciones internacionales y la pandemia de covid-19, frente a las cuales las políticas estatales aún no logran dar soluciones a la población.

Casi nueve de cada diez cubanos tienen dificultades para adquirir productos de primera necesidad con el nuevo sistema de salarios y precios vigente desde el 1 de enero, según los resultados de una encuesta publicada este lunes por el medio estatal Cubadebate, según lo recoge Efe.

Bajo el título “¿Cómo ha vivido estos dos meses de ordenamiento monetario?”, el portal oficialista formuló a los internautas 14 preguntas para evaluar las capacidades adquisitivas de la población y sus opiniones sobre la Tarea Ordenamiento, que ha supuesto fuertes incrementos tanto en los salarios del sector estatal como en los precios al consumo.

Específicamente, un 41% respondió que con su nuevo salario, jubilación o pensión no es capaz de adquirir productos y servicios de primera necesidad, mientras un 46% puede permitirse solo una parte de ellos y un 13% la totalidad.

A la pregunta más general “¿pudo satisfacer sus necesidades con el nuevo salario?” un 65% contestó que no, un 30% respondió “parcialmente” y solo un 4% dijo que “totalmente”.

Además, un 76% de los internautas apreció “un incremento desmedido en los precios” de todos los productos y servicios en el país, mientras un 23% lo notó solo en algunos bienes y un 1% respondió que la inflación de los últimos dos meses “se corresponde con el incremento salarial”.

No obstante, el 76% de los encuestados opinaron que la Tarea Ordenamiento era “necesaria para la economía” de Cuba, que atraviesa una profunda crisis agudizada por el endurecimiento del embargo de EE.UU. durante la Administración de Donald Trump y la pandemia de la covid-19 que, entre otras cosas, ha diezmado el turismo.

Esto, unido a graves ineficiencias estructurales, un endémico déficit de balanza de pagos y la crisis en Venezuela, principal aliado comercial y político de La Habana, ha provocado una situación crítica de desabastecimiento que se traduce desde el año pasado en estanterías vacías en los comercios y largas colas para adquirir cualquier producto básico o no básico.

En esta coyuntura, Cuba aumentó desde el 1 de enero en un promedio del 490% los salarios del sector estatal, que hasta entonces apenas rozaban los 50 dólares mensuales en promedio.

En paralelo se dispararon los precios. Entre los bienes básicos “normados”, que hasta ahora el Estado vendía a precios simbólicos y de forma limitada a través de una cartilla de racionamiento, el arroz se multiplicó por 11, el pan por 20, los frijoles por 12, la bombona de gas por 25 y la electricidad casi por cuatro.

Otro pilar básico de la estrategia del Gobierno fue la recién aplicada unificación monetaria, con la consiguiente desaparición del antiguo peso convertible o CUC y la consolidación de dos medios de pago: el peso cubano (CUP) y el dólar con un cambio oficial de 24 a 1, si bien en el mercado negro el billete estadounidense se paga a hasta 50 CUP.