El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, anunció este martes nuevas medidas para contener el avance de la pandemia de coronavirus en el país, ante un sostenido aumento de casos en las últimas semanas.

El regreso al teletrabajo en todas las oficinas públicas y la recomendación de hacerlo en el sector privado, la cancelación de todos los deportes en espacios cerrados, la suspensión de los actos de fin de curso en los institutos educativos y el cierre de bares, restaurantes y afines a las 12 de la noche, son las principales medidas anunciadas.

El mandatario también indicó que se reforzará la fiscalización de los protocolos en los transportes públicos y en las fiestas autorizadas. En estas últimas, en caso de incumplimiento se aplicará una multa de unos 60 dólares -unos 45 mil pesos chilenos- por asistente. También se multará por incumplimiento de las normas en los lugares de trabajo.

“El 18 de diciembre vamos a hacer una evaluación. Esperemos haber logrado, no bajar los casos, pero que esta segunda o tercera ola en todo el mundo no nos arrastre”, afirmó Lacalle Pou en conferencia de prensa desde la sede de Presidencia.

Uruguay se ha destacado en la región por su exitoso control de la pandemia sin decretar nunca una cuarentena obligatoria. A mediados de junio, el país de 3,4 millones de habitantes llegó a registrar varios días sin ningún contagio.

Recién el 14 de octubre, tras siete meses de emergencia sanitaria, pasó por primera vez la franja de los 50 casos diarios. El número se duplicó un mes más tarde. Y luego se necesitaron apenas 11 días para que volviera a duplicarse: el pasado sábado tocó el récord de 208 casos nuevos, número que se repitió el domingo.

Según la escala de Harvard, el país pasó de la zona verde (un promedio semanal de menos de un caso por cada 100.000 habitantes) a la amarilla (entre uno y 10 contagios).

El ingeniero Fernando Paganini, asesor del gobierno, señaló que “de continuar la tendencia” de duplicación de contagios cada 15 días, “antes de fin de año entraríamos en la zona naranja” (más de 10 casos por cada 100.000 habitantes).

El país pasaría al naranja en caso de promediar 350 contagios diarios durante una semana.

La meta ahora es evitar ese pasaje. “Ya no está al alcance volver al verde, el objetivo es frenar el crecimiento”, indicó.

Lacalle Pou, en tanto, pidió “una vez más, apelar a la conducta de los uruguayos”.

“La idea es llegar a fin de año sin tocar el naranja”, insistió, advirtiendo que en caso de tener que tomar “medidas más extremas no solo se va a resentir la salud”, sino el empleo.