Cientos de personas, muchas de familias sin techo que vivían en tolderías improvisadas, fueron desalojadas por la policía en medio de violentos enfrentamientos, de un predio que ocupaban desde julio en la principal toma de tierras ocurrida durante la pandemia en Argentina.

Unos 4.000 policías ingresaron la madrugada del jueves al lugar y derribaron las casillas, míseros refugios de palos y plásticos que ardieron en fogatas en medio de escenas de pánico y furia.

Los desalojados resistieron con piedras y proyectiles y la policía los dispersó con disparos de balas de goma y gases en choques que duraron varias horas.

Agence France-Presse

De acuerdo con Perfil, hay al menos 35 detenidos en medio de los incidentes, mientras los vecinos de la zona reclaman que la policía detiene a algunos de ellos mientras salen a trabajar, en lugar de capturar a los sublevados.

“Fue desesperante, personas llorando, chicos, ancianos y nos les importó nada, los policías quemaban las casas, quemaron todo, vinieron de sorpresa”, se lamenta Aída Mabel, de 35 años, rodeada de su familia.

Desde fines de julio, familias sin techo habían empezado a instalarse en este predio de unas 100 hectáreas del barrio de Guernica, en la periferia sur de Buenos Aires que llegó a albergar a 2.500 familias, aunque muchas habían aceptado irse.

Varias horas de enfrentamientos

Este jueves, durante el inicio del operativo, se hizo presente el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, y cerca de las 5.30 se escucharon detonaciones y se vio gente correr. “A las 5:25 empezó la represión en Guernica. Tiran balas de goma contra y gases lacrimógenos contra vecinos y la prensa”, informó el medio Pulso Noticias.

Después de las 6.30 de la mañana, la policía avanzó en hilera sobre las casillas y, según trascendió, 15 personas fueron detenidas.

Rosalía, una de las delegadas de la toma de Guernica, afirmó esta mañana que la Policía Bonaerense está “quemando las casillas” levantadas en el predio. “¿Qué corazón tienen para sacarnos así? Estamos desesperados, es una situación muy difícil, el Gobierno no hace nada”, señaló la mujer en declaraciones al programa “Todos juntos”, que conduce Fernando Carnota por Radio Rivadavia.

Además, relató que la Policía disparó “balas de goma” contra los ocupantes y gases lacrimógenos. “Están avanzando, avanzando, están quemando las casillas. Están actuando muy mal, se escuchan los tiros y la gente está corriendo por todos lados”, contó temprano Rosalía.

Agence France-Presse

Por su parte, el jefe de Gabinete de Buenos Aires, Carlos Bianco, advirtió este miércoles que “el tiempo de negociar se está terminando” en la toma, donde quedaban familias que no quisieron aceptar las propuestas oficiales para retirarse de forma pacífica. “El tiempo de negociar ya se nos está terminando”, expresó el funcionario de Axel Kicillof.

“Nosotros venimos trabajando, para encontrar una forma pacífica de solución, hemos ofrecido un subsidio para que puedan mejorar su hábitat, con materiales”, enumeró Bianco en declaraciones al canal A24. En ese sentido, expresó que “es una situación compleja que el Gobierno ya hizo todo y más para tener una salida consensuada. Hay algunas familias que no están dispuestas (a irse), bueno, habrá que esperar la decisión de la Justicia”, subrayó Bianco.

Ocupantes del predio tomado de Guernica negaron esta semana que la mayoría de las familias se haya ido del lugar y advirtieron que iban a “resistir” el desalojo. “Es mentira que la mayoría se haya ido de acá como se dijo en diarios y noticieros. Incluso hubo gente que se había ido y ahora volvió para resistir el desalojo que sería en unos días”, sostuvo días atrás Juan, uno de los delegados de la toma, en declaraciones a NA.

“Me quemaron todo”

Columnas de fuego y humo se mezclaban con los gases lacrimógenos en medio de escenas de llanto y desesperación de los ocupantes, la mayoría familias, reportó la Agence France-Presse.

Algunos huyeron, premunidos de chapas a modo de escudo. En las calles de tierra del barrio se instalaron improvisadas barricadas y quedaron regadas de proyectiles tras el desalojo.

El fuego destruyó la mayoría de las casillas y el resto fue derribado por topadoras policiales en medio de una lluvia de piedras, palos y botellazos de los desalojados.

Juan Mabromata | Agence France-Presse

“Me quemaron todo, quiero que me devuelvan mis cosas, estoy con mucha bronca, los policías me pegaron a mí y a mi marido”, contó una mujer identificada como una cartonera de 24 años.

“Salimos con la ropa puesta (…) nos ofrecieron ir a un albergue pero nosotros no queremos ir, queremos estar acá, estaremos en la calle y volveremos a entrar”, cuenta Marisa, una empleada doméstica que se quedó sin trabajo por el aislamiento obligatorio que rige desde el 20 de marzo por la Covid-19.

La ocupación del predio se había iniciado en desafío a la justicia, pero también en el peor momento de la pandemia que ha causado más de un millón de contagios en Argentina y 30.000 muertes.

CEDOC | Perfil

“Esto es injusto, nosotros lo único que queríamos es una vivienda una tierra, a nosotros no nos da el bolsillo para pagar un alquiler, por eso estábamos acá”, dice Agustín, de 21 años.

En los últimos años, las tomas de tierra se multiplican en Argentina, un país en recesión desde 2018 y con 40,9% de sus 44 millones de habitantes en la pobreza.

Buenos Aires, con 15 millones de habitantes, es la provincia más poblada del país y la más rica, pero también la de mayores contrastes, pues casi uno de cada dos habitantes es pobre.

Según el gobierno de la provincia de Buenos Aires, a comienzos de octubre había 80 procesos judiciales por tomas de tierra.

Furia y fuego

Desde hacía varios meses, el gobierno de la provincia de Buenos Aires negociaba con los ocupantes una solución habitacional para disuadirlos de la ocupación, mientras una ONG de abogados interpuso un amparo para evitar el desalojo que finalmente ordenó la justicia.

La policía no informó sobre número de heridos, pero el fiscal precisó que al menos 35 personas fueron arrestadas.

Muchos vecinos de Guernica se habían solidarizado con los ocupantes y les proveían de agua potable o alimentos.

La justicia había dado plazo para el desalojo hasta este viernes, pero las autoridades resolvieron avanzar en la madrugada del jueves.

Un helicóptero de apoyo a la policía sobrevoló el lugar mientras los uniformados avanzaban en medio de los gritos.

“¡Vamos a volver!” se escuchaba entre los gritos de los ocupantes replegados en los alrededores.

Después de horas de incidentes, el predio quedó rodeado de un cordón policial para evitar nuevos ingresos.

“Ahora sí, estamos en la calle, ya no sabemos qué hacer”, dice Ramón, de 32 años.