Las identidades de 12 agentes argentinos activos en el extranjero fueron filtradas, junto con documentos que dan cuenta de convenios secretos del país trasandino con otras naciones, como los Estados Unidos, España, Bolivia y Paraguay.

Según reportó Clarín, la filtración ocurrió mediante un documento enviado por la interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Cristina Caamaño, el cual no habría tomado los resguardos necesarios para asegurar la confidencialidad de la información.

Se trata de la mayor filtración de datos de inteligencia en Argentina desde el fin de la dictadura, y preocupa particularmente por presentar un riesgo para los agentes y sus familias, así como a personas en el extranjero que confiaron en los agentes expuestos.

Uno de los espías en cuestión había sido enviado hace 15 años al Líbano, donde opera el grupo terrorista Hezbollah, acusado del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina en Buenos Aires, en 1994, el cual dejó 86 muertos incluyendo al perpetrador.

Otras asignaciones incluyen Francia, Reino Unido, Rusia, España, Bolivia, Alemania, Perú, Venezuela, Paraguay y Colombia. Según el medio trasandino, muchos siguen en terreno, pero desde la AFI aseguraron que ya muchos habían sido repatriados en septiembre, incluyendo al de El Líbano. Sólo quedaría uno en el exterior. “No deja de ser grave la situación, pero hay que ser precisos”, sostuvo una fuente oficial citada por Clarín.

El documento también detalla la estructura orgánica de la AFI, incluyendo nombres e identificaciones de quienes han ostentado altos cargos durante los últimos años, además de los nombres de 2 mil espías y exagentes.

Entre los convenios secretos filtrados, se incluye uno “entre la AFI, el Ministerio de Seguridad, la Dirección Nacional de Migraciones y el Centro de Detención de Terroristas de los Estados Unidos; el Memorándum de Entendimiento entre la AFI y el Centro Nacional de Inteligencia de España; el Memorándum de Entendimiento entre la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay y la AFI; y el Acuerdo en Materia de Seguridad entre la AFI y el Ministerio de Gobierno de Bolivia, a través del Comando General de la Policía Boliviana”, detalla Clarín.

Ninguno de esos países habría dado su consentimiento en la publicación de los documentos.

A partir de la crisis de confianza causada por esta filtración, Caamaño fue citada a declarar durante esta semana al parlamento argentino, para dar cuenta de cual sería su responsabilidad en la filtración de los documentos.

La filtración se suma a otra reportada una semana antes, respecto de 3.850 resoluciones de la AFI datados entre 2016 y 2018, con los datos personales de más de 100 espías, todo esto en el marco de una causa por espionaje ilegal a 24 dirigentes políticos, empresarios y gremialistas.

Las filtraciones incluso afectaron al expresidente Mauricio Macri, cuya información privada fue subida al sistema de la Justicia por los fiscales federales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide.

En específico, se publicaron sus números de tarjeta de crédito, de teléfonos personales y laborales, la dirección de su residencia y su oficina, contraseñas para varias plataformas, como Facebook y hasta Netflix.

Incluso, se filtraron datos tan detallados como su número de calzado, la fecha y hora de su nacimiento, su usuario y contraseña en Mercado Pago/Libre, la fecha de vencimiento de su licencia para conducir, los datos de su pasaporte y visa para ingresar a los EEUU, el número de su tarjeta de crédito Visa, el modelo y patente de la camioneta que utiliza, la clave de su iPad y su pin de Blackberry.