Parece que no sólo se hacen los “vivos”, sino también se hacen “los muertos”.

Un alcalde peruano se escondió en un ataúd para evitar ser sorprendido por la policía de ese país, mientras participaba de una fiesta y bebía alcohol en pleno toque de queda.

Según informó “El Comercio” de Perú, el alcalde del distrito de Tantará, en la provincia de Castrovirreyna, en la región Huancavelica, Jaime Rolando Urbina Torres, fue detenido por agentes de la Policía Nacional por trasgredir la restricción y el distanciamiento social durante la emergencia nacional y mundial por el COVID-19.

A Urbina Torres no se le ocurrió mejor idea que esconderse dentro de un ataúd sin tapa para evitar su detención y que los agentes creyeran que era un cadáver y que había fallecido a causa del COVID-19.

Sus dos acompañantes también se ocultaron en los cajones y, finalmente, todos descubiertos fueron trasladados a la comisaría de la localidad.

De acuerdo a la misma publicación, el alcalde Jaime Rolando Urbina Torres habría estado ebrio al momento de su detención.

También, se señala que Urbina ha sido cuestionado antes por la comunidad a la que representa.

Se describe que el 9 de mayo pasado fue obligado a asistir a una reunión comunal de emergencia en la Plaza de Armas de Tantará debido a que los moradores le reclamaban una supuesta desatención en medio de la pandemia.

Así, tras el desaguisado, el jefe comunal de Tantará fue trasladado a la comisaría de la jurisdicción por transgredir las normas sanitarias y, por supuesto, deberá responder por su “viveza” ante la Justicia.