María Esperanza Fernández, de 43 años, es una de las últimas mujeres asesinadas en el marco de la violencia doméstica durante la pandemia del nuevo coronavirus en Argentina.

En la localidad bonaerense de San Pedro, donde vivía, todavía no logran salir del estupor que generó su asesinato: el domingo encontraron su cuerpo envuelto en una frazada y con varios golpes en la cabeza.

El principal acusado por su femicidio es su marido y padre de sus cinco hijos, Roberto Romero (46), quien desapareció después que su hija de 18 años encontrara el cadáver.

La mujer habría sido atacada en la madrugada del domingo 3 de mayo, entre ocho y nueve horas antes del hallazgo.

De acuerdo a fuentes policiales, en la escena del crimen hallaron un mazo de albañil con aparentes manchas de sangre y el cuerpo de la víctima recostado sobre la cama de la habitación.

Según el informe preliminar de autopsia, la afectada presentaba ocho golpes en la cabeza realizados con un objeto contundente de seis centímetros de diámetro que se condice con la maza obtenida en el domicilio del barrio El Amanecer.

Debido a lo anterior, los detectives presumen que fue asesinada mientras dormía.

“La víctima alcanza a tratar de defenderse, por eso creemos que tiene quebrados unos dedos”, explicó a Perfil la fiscal Viviana Ramos, jefa de la Unidad Funcional de Instrucción(UFI) N° 1, que lleva adelante la investigación.

“Por la mecánica del hecho sospechamos que podría haber estado en una situación de indefensión previa al suceso, ya sea dormida o sorprendida por la saña en su no reacción”, añadió la persecutora.

Sumado a lo anterior, la funcionaria reconoció que el cuerpo de la mujer no presenta lesiones que indiquen “una pelea previa”.

Si bien la pareja tiene cinco hijos, ninguno estaba en el domicilio cuando se produjo el femicidio.

Justo esa noche habían quedado al cuidado de sus tíos y abuelos, que viven en casas cercanas.

Sobre el paradero del presunto femicida, las fuentes consultadas indicaron que tiene una “orden de detención vigente”, pero hasta el momento no han podido dar con él.

La última pista lo ubica en la casa donde fue asesinada su mujer. Según testimonios, a las 07:00 horas del domingo habría salido del domicilio en bicicleta y desde entonces no habría vuelto a contactarse con sus familiares.

El crimen de Esperanza elevó a 40 el número de femicidios registrados durante la pandemia.

Según el último informe de la Casa del Encuentro, entre el 20 de marzo y el 30 de abril, al menos 36 mujeres fueron asesinadas.

En los últimos seis días hubo cuatro casos más: Ludovica López (50), en Lanús; Julieta Riera (24), Norma Gallo (54) en Merlo y Esperanza.