Cada 12 de febrero se conmemora el Día contra el uso del niño soldado en el mundo, una dura realidad que según cálculos conservadores afecta a 300 mil niños y niñas en el mundo, niños que se ven obligados a participar en conflictos armados sin opción de decidir.

Si bien el mayor número de casos se registra en Africa donde estos niños pueden formar parte del Ejército, América Latina no es la excepción y la mayoría de estos pequeños forman parte de grupos paramilitares o terroristas.

Hace unas semanas, la marcha de decenas de niños mexicanos dio la vuelta al mundo. Eran niños de entre 6 y 15 años que decidieron salir a las calles para protestar por el asesinato de diez personas de su región Chilapa a manos de grupos terroristas. Portando unos pañuelos gastados se cubrían el rostro mientras sus manos empuñaban fusiles oxidados con los que pretenden defender su territorio del avance indiscriminado de los narcotraficantes y de la inacción del Estado.

En esta marcha también participaron dos mil personas que iban vestidos con el uniforme del grupo de autodefensa que se formó hace más de dos décadas,
también marcharon los integrantes de CRAC (Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias y Pueblos Fundadores), que se formó para protegerse del narcotráfico y de organizaciones criminales.Según declaró uno de los miembros de la CRAC al país los menores fueron capacitados para el uso de armas en una entidad.

Perú y Colombia y la tradición de los niños soldados

Colombia cuenta con el triste récord de los niños en guerra. En los 61 años de conflicto armado, el Centro Nacional de Memoria Histórica de ese país estima que 17 778 niñas niños y niñas fueron reclutados por la guerrilla, los paramilitares y las fuerzas de seguridad gubernamentales.

Pese al acuerdo de paz firmado entre las FARC y el gobierno se sabe que el reclutamiento de niños sigue siendo una dura realidad. Se sabe que de los 36 mil paramilitares desmovilizados de la Autodefensas Unidas de Colombia, solo entregaron a 400 niñas, niños y adolescentes, pese a que se estimaba que 4 mil menores eran parte de las filas de este grupo.

En Perú, hace algunos años el descubrimiento de los pioneritos, niños de entre 6 y 7 años que pertenecían a las filas de Sendero Luminoso, estremeció al país, pues si bien se sabía del reclutamiento de estos niños, no se sabía la magnitud ni que muchos de estos nacían ya en cautiverio por madres también secuestradas.

Hoy, las remanentes de Sendero Luminoso denominado el Nuevo Ejército continúan con la misma práctica según nos explica Pedro Yaranga, especialista en seguridad integral y una de las personas que más ha seguido el nacimiento y evolución de este grupo terrorista.

“Estos niños inician las acciones armadas a la edad de 3 años que son separados de sus madres, luego continúan en capacitación primero llevando agua, leña, posteriormente enfrentamientos ya tácaticos y finalmente ya a los 12 años son incorporados a las guerrillas y a los 15 ya forman parte de los grupos que atacan a la policía y al Ejército”, dice Yaranga.

Lastimosamente, como nos explica Yaranga, las acciones del Estado para luchar contra el reclutamiento de estos menores son muy marginales. Se sabe que hasta ahora cerca de cien niños fueron rescatados pero la mayoría sigue en cautiverio.
El Ejército también recluta menores de edad

Uno de los casos llamativos es el del Reino Unido, miembro importante de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que suma jóvenes de 16 años a sus fuerzas nacionales, aunque el estudio no detalla cuáles son sus fines. Francia, los Países Bajos, Alemania y Austria hacen lo propio con personas de 17.

EEUU, en tanto, también incorpora a sus filas niños de 17 años, igual que China. México, por su parte, desde los 16, si es que hay una solicitud especial; caso contrario respeta la edad mínima de 18. Otros de los países que aceptan el protocolo, y reclutan chicos desde los 16 años, son Pakistán, la India y Bangladesh.