La Fiscalía de Brasil denunció este martes al periodista estadounidense Glenn Greenwald por “ayudar, incentivar y orientar” a un grupo de hackers que intervino los celulares del exjuez y actual ministro de Justicia Sergio Moro y de los fiscales de la megaoperación anticorrupción Lava Jato.

Greenwald, cofundador del portal The Intercept Brasil, fue denunciado junto a otras seis personas por crímenes vinculados a la “invasión de celulares de autoridades brasileñas”, en un caso que estalló a mediados de 2019, indicó el Ministerio Público Federal (MPF) en un comunicado.

El periodista, que vive en Brasil junto a su marido, el diputado David Miranda, y dos hijos adoptivos, “fue denunciado, aunque no haya sido investigado por la Policía Federal”.

El Ministerio Público Federal (MPF) afirma que en el marco de la investigación contra los hackers encontró pruebas de que Greenwald “ayudó, incentivó y orientó al grupo durante el periodo de las invasiones” de celulares, explicó la nota.

Según una conversación entre Greenwald y uno de los hackers, el periodista no se contentó con recibir informes, sino que pidió “borrar conversaciones” intercambiadas con él para no ser “vinculado al material ilícito”, sostiene la denuncia.

La Fiscalía asegura que fueron “acciones para dificultar las investigaciones y reducir la posibilidad de responsabilización penal”, algo que Greenwald niega.

“Ataque a la prensa libre”

En un video publicado en su cuenta Twitter, Greenwald denunció “un ataque a la prensa libre”.

“Es obviamente una represalia del gobierno (de Jair) Bolsonaro, nosotros nunca vamos a ser intimidados por nadie que abuse del aparato del Estado”, agregó el periodista, que niega haber cometido cualquier delito.

La justicia brasileña debe determinar ahora si acepta o no las imputaciones de la Fiscalía para abrir un proceso formal.

El hacker Walter Delgatti Neto confesó haber entregado a Greenwald miles de mensajes entre el exjuez y actual ministro de Justicia, Sergio Moro, con fiscales de Lava Jato, divulgados por The Intercept Brasil a partir de junio de 2019.

Los mensajes mostraron una presunta connivencia entre Moro con los fiscales de la operación Lava Jato, que llevó a la cárcel a decenas de empresarios y políticos, entre ellos el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Los reportajes sacudieron aún más a la ya polarizada opinión pública brasileña y llevaron a Greenwald a pedir protección a la Corte Suprema. Un juez del máximo tribunal del país le concedió el año pasado una medida cautelar para impedir que fuera investigado y proteger su derecho constitucional a mantener en sigilo su fuente.

Bolsonaro, que el año pasado llegó a afirmar que Greenwald podría “ir preso” por su papel en la divulgación de los mensajes, reaccionó a la denuncia de este martes con ironía, según publicó la prensa local.

“Quien lo denunció fue la Justicia. ¿No crees en la Justicia?”, respondió en Brasilia a un periodista que le había preguntado si la denuncia contra Greenwald no sería vista como una persecución a la prensa, con la que el presidente tiene una relación áspera.

El relator especial de ONU para la libertad de expresión, David Kaye, afirmó en Twitter que pediría más información al gobierno brasileño, pero advirtió que la denuncia “luce como un esfuerzo para intimidar a Glenn Greenwald y The Intercept para que paren de reportear”.

Organizaciones como la Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación (Abraji) y el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) también criticaron la denuncia.

Greenwald fue en 2013 uno de los periodistas que entrevistó a Edward Snowden sobre los programas de vigilancia masiva implementados por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos.