Decenas de líderes indígenas brasileños y representantes de otras comunidades de la floresta pactaron en una aldea amazónica la formación de una alianza para resistir a los proyectos del presidente Jair Bolsonaro de abrir esas regiones a la explotación minera y agropecuaria.

“No quiero que nadie muera en mi frente, no quiero que sea la matanza de todos, del blanco contra el indio”, dijo el cacique Raoni el miércoles, segundo día de un encuentro de líderes indígenas al que fueron invitados otros grupos de pobladores en la aldea Piaraçu, a orillas del río Xingu (estado de Mato Grosso).

“Bolsonaro está hablando muy mal de nosotros. No sólo ataca a los indios, pero a los indios los ataca más que a nadie”, agregó Raoni, con el cuerpo pintado de negro, su enorme disco en el labio inferior y su tradicional tocado de plumas amarillas.

El cacique kayapó, cuya edad estimada es de 89 años, espera llevar personalmente al Congreso en Brasilia el documento que resulte de este encuentro, que durará hasta el viernes.

“Allí voy a preguntarle [a Bolsonaro] por qué está hablando mal de los indios”, anunció.

También subrayó la importancia de buscar “apoyo político” en Europa.

En la reunión participan representantes de comunidades tradicionales y dedicadas a actividades sustentables, inclusive de extracción, en un eco de la Alianza de Pueblos de la Floresta formada por el líder ambientalista Chico Mendes, un extractor de caucho, asesinado en 1988.

“Hace más de treinta años, en un escenario muy parecido a este, fue pensada una gran alianza de los pueblos de la selva. Ese escenario político era tan preocupante como el de hoy”, afirmó Angela Mendes, hija del mítico dirigente.