El presidente boliviano, Evo Morales, aseguró este jueves que ganó en primera vuelta las elecciones generales, al obtener más de 10 puntos de diferencia sobre el opositor Carlos Mesa, lo que según la ley evita un balotaje.

“Una buena noticia (…) Ya ganamos en la primera vuelta”, dijo Morales en una rueda de prensa, citando que en el cómputo oficial -con más del 98% del escrutinio- su partido tiene el 46,83% de los votos, frente al 36,7% de Mesa.

“Todo el pueblo boliviano sabía que era un cobarde, ahora se ha demostrado que no solamente era un cobarde, había sido un delincuente”, agregó el mandatario, según diario La Razón de Bolivia.

En la víspera, el opositor dijo que no reconocería los resultados del Tribunal Supremo Electoral, al que acusa de haber manipulado la votación para favorecer al candidato oficialista, por lo que grupos opositores mantienen protestas en todo el país.

La Misión de Observación Electoral (MOE) en Bolivia de la Organización de Estados Americanos (OEA) dijo el miércoles que considera como “mejor opción” la realización de un balotaje para dirimir la reñida disputa entre Morales y Mesa.

La Iglesia Católica también propuso este miércoles una segunda vuelta electoral “con una supervisión imparcial”, como la “única salida pacífica y concertada” a la escalada de violencia y división que vive el país.

Al mismo tiempo, la OEA aceptó realizar una auditoría al conteo de votos, solicitada por gobierno, que aún no ha comenzado.

Después de las primeras cifras parciales el domingo por la noche, que insinuaban una inédita segunda vuelta, hubo un vuelco en los nuevos resultados que fueron divulgados 20 horas después, dándole prácticamente la reelección a Morales en primera vuelta, lo que provocó sospechas de fraude en la oposición y los observadores.

El vicepresidente del TSE, Antonio Costas, dimitió el martes en medio de críticas al trabajo del organismo por la paralización del conteo preliminar, lo que estimuló las críticas sobre la transparencia del escrutinio de votos.