El presidente de Bolivia, Evo Morales, se refirió por primera vez al polémico reinicio del conteo de votos de la elección presidencial, que hasta ayer le daba la victoria en primera vuelta, aunque los últimos cómputos lo llevan a un balotaje frente a Carlos Mesa.

“Denuncio ante el pueblo boliviano, está en proceso un golpe de Estado. Se ha preparado la derecha con apoyo internacional. Hasta ahora hemos aguantado y soportado con paciencia para evitar violencia”, dijo Morales en conferencia de prensa.

El jefe de Estado también llamó a la población a estar atenta y declaró “estado de emergencia”.

“Quiero que sepa el mundo entero que hasta ahora hemos aguantado con paciencia para impedir la confrontación, pero quiero decir al pueblo que (estamos) en estado de emergencia y movilización pacífica y constitucional para defender la democracia”, agregó el mandatario.

El mandatario socialista acumulaba un 46,4% de los votos frente al 37,07% de su rival centrista, Carlos Mesa, cuando faltaba por escrutarse alrededor del 3% de los sufragios válidos nacionales, según cifras oficiales.

El mandatario boliviano, a diferencia de sus dos períodos anteriores, no pudo lograr el 50% más uno de los votos que lo convertiría automáticamente en presidente y le haría además mantener el control del Congreso, lo que allana el camino para aprobar leyes sin oposición.

Los opositores anunciaron el inicio desde este miércoles de una huelga civil para presionar al Tribunal Supremo Electoral (TSE) a transparentar sus recuentos oficiales que, según ellos, garantizan una segunda vuelta entre Morales y Mesa.

Los adversarios de Morales también anunciaron mantener un asedio sobre el TSE con tal fin.

Morales, ante esos movimientos, dijo que sus seguidores se declaran en “estado de emergencia y movilización pacífica para defender la democracia”.

Sindicatos de obreros y campesinos leales al oficialismo, anunciaron también marchas desde este miércoles para defender el voto.