La Amazonía está en llamas y las redes sociales hierven con denuncias contra la política ambiental del presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien dijo sospechar que muchos focos habrían sido provocados por ONGs en “guerra” contra su gobierno.

“Puede estar habiendo, sí, puede, no lo estoy afirmando, una acción criminal de esos ‘oenegeros’ para llamar la atención contra mi persona, contra el gobierno de Brasil. Esa es la guerra que estamos enfrentando”, afirmó el jefe de Estado en Brasilia, al tiempo que se realizaba en Salvador (Bahía, nordeste) una conferencia regional sobre cambio climático.

En Twitter, solo el viernes, el hashtag #PrayforAmazonas (“reza por la Amazonía”) fue primera tendencia mundial con 307.000 tuits, seguido por #ONGs, relacionado con las declaraciones del mandatario, un escéptico del calentamiento global.

Muchos mensajes denunciaron la escasa repercusión hasta ahora de la multiplicación de focos de incendio. “El pulmón del planeta desde hace 16 días se está incendiando y nos enteramos por redes porque los medios no hablan de ello”, fue uno de los mensajes divulgados.

2018 versus 2019

Entre enero y el pasado 19 de agosto se han registrado 72.843 focos de incendios forestales en Brasil, un 83% más que en el mismo período del año pasado según el Programa de Quemas del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).

Los incendios en la región amazónica se deben a las quemas provocadas para deforestar un terreno, con el objetivo de convertirlo en área de pastoreo, o para limpiar áreas ya deforestadas, generalmente en la temporada seca, que debe acabar dentro de dos meses.

Pero la causa del actual descontrol, según analistas, es el fuerte aumento de la deforestación: 2.254,8 km2 en julio, casi el cuádruple del mismo mes de 2018, según el INPE.

WWF-Brasil lamentó “la nueva tentativa del presidente Jair Bolsonaro de desviar el debate legítimo de la sociedad civil sobre la necesidad de proteger la Amazonía y de combatir, en consecuencia, la deforestación que origina los incendios desproporcionados que asuelan al país y comprometen la calidad del aire en varias regiones”.

El ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, sostiene en cambio que los vientos fuertes fueron los causantes del fenómeno.

“Tiempo seco, viento y calor hicieron que los incendios aumentasen mucho en todo el país”, señaló Salles en su cuenta de Twitter, anunciando el envío de brigadistas para contener los incendios.

Ministro abucheado

Salles fue abucheado al hablar en la Semana del Clima de América Latina y el Caribe que se desarrolla en Salvador, evento preparatorio de la cumbre de la ONU sobre el cambio climático del 23 de septiembre en Nueva York y de la conferencia del clima COP25 que se celebrará en nuestro país en diciembre.

“La reunión que tenemos aquí consolida efectivamente la preocupación, el momento importante que vivimos en el mundo de cambio climático” y sirve “para que Brasil muestre ejemplos de sustentabilidad” y busque oportunidades de inversión”, acotó Salles.

Bolsonaro promueve desde su llegada al poder la apertura de reservas indígenas y de áreas protegidas a actividades agropecuarias y de minería y él mismo evitó que Brasil albergara la COP25 desistiendo de organizarla y amenazó con sacar al gigante sudamericano del Acuerdo de París sobre Cambio Climático.

Pero su discurso generó resistencias incluso en sectores económicos, preocupados por eventuales medidas de cierre de mercados en Europa.

Para Antonio Carlos Magalhaes Neto, alcalde de Salvador, Brasil seguirá liderando la lucha contra el cambio climático, más allá del “discurso” del presidente brasileño.

“Tengo esperanza de que el gobierno federal no asuma una postura radical o exagerada para deconstruir esa agenda (ambientalista) tan importante. Si el camino es ese, que espero que no sea, pero si el camino es ese vamos a tener fuerzas políticas en el país que van a enfrentarlas”, dijo el alcalde a la Agence France-Presse.

Sin embargo, los ambientalistas se declaran pesimistas y consideran que Bolsonaro y sus políticas son una amenaza para el planeta.

La conferencia de Salvador “es una farsa, un evento lobbista, empresarial y no tiene presencia de la gente de aquí, no tiene la presencia de brasileños”, advirtió Thais Vinhas, integrante de la Fundación Terra Mirim.

“La Amazonía en llamas y ellos hablando de financiamiento climático”, denunció Vinhas, en alusión a la discusiones que se producirán hasta el viernes en Salvador para lograr mayor financiamiento a la lucha contra los efectos del calentamiento global.