El gobierno brasileño celebró este martes la extradición a Chile de Mauricio Hernández Norambuena, detenido hace 17 años, para cumplir una pena de 30 años en su país.

“Otro criminal que se fue (…), Brasil ya no es un refugio para criminales”, tuiteó el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Sergio Moro.

Hernández Norambuena, de 61 años, conocido como “Comandante Ramiro”, arribó en un vuelo de la Fuerza Aérea de Chile. Inmediatamente fue trasladado hasta la cárcel de Alta Seguridad de Santiago, el mismo lugar del que se fugó en 1996, según confirmó el juez especial Mario Carroza.

Moro precisó que Hernández Norambuena fue “extraditado con autorización del STF (Supremo Tribunal Federal]” y que la sentencia a prisión perpetua a la que fue condenado en su país fue conmutada en una pena de 30 años de cárcel, en acuerdo con la legislación brasileña, a fin de posibilitar la extradición.

Hernández Norambuena fue condenado en Chile como autor del asesinato en 1991 del senador ultraconservador Jaime Guzmán, uno de los ideólogos de la dictadura de Pinochet (1973-1990) y el secuestro de Cristián Edwards, uno de los hijos del dueño del diario El Mercurio.

Después de escapar de la cárcel, fue detenido en 2002 en Brasil por el secuestro del empresario brasileño Washington Olivetto, uno de los más conocidos publicistas de ese país, por lo cual fue condenado a 30 años de cárcel.

Desde la llegada del presidente Jair Bolsonaro al poder en enero, Brasil puso bajo presión a extranjeros relacionados con la extrema izquierda buscados en otros países.

El exactivista Césare Battisti, condenado a prisión perpetua por cuatro asesinatos en Italia en la década de 1970, que vivía desde 2004 en Brasil -donde había obtenido el estatuto de refugiado-, cruzó en enero a Bolivia, donde fue capturado y remitido a las autoridades italianas.

En julio, Brasil revocó el estatuto de refugiado de tres paraguayos requeridos por Asunción bajo sospecha de haber participado en el secuestro de la esposa de un empresario en 2001.