El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó a Guatemala con gravar sus exportaciones e imponerle cargos por remesas por frenar un acuerdo de tercer país seguro, que obligaría a la nación centroamericana a acoger a los migrantes que atraviesan su territorio.

“Guatemala, que ha estado formando caravanas y ha enviado a Estados Unidos a un gran número de personas, algunas con antecedentes penales, ha decidido romper el trato que tenían con nosotros para firmar un necesario Acuerdo de Tercer Seguro“, escribió en Twitter.

“Estábamos listos. Ahora estamos contemplando la ‘prohibición’, aranceles, cargos por remesas, o todo lo anterior. Guatemala no se ha portado bien”, añadió.

El mandatario recordó además el recorte, hace nueve meses, de “los grandes dólares de los contribuyentes estadounidenses” destinados a la ayuda al desarrollo a Guatemala.

Esos fondos fueron suspendidos por su gobierno por considerar que no se habían alcanzado los resultados esperados ni habían sido efectivos para prevenir la inmigración ilegal hacia Estados Unidos. En el año fiscal 2018, finalizado el 30 de septiembre pasado, Estados Unidos destinó unos US$149 millones a Guatemala para aliviar las condiciones que provocan la migración.

Trump, que ha hecho de la lucha contra la inmigración ilegal una de las banderas de su mandato, tenía previsto recibir el 15 de julio en la Casa Blanca a su par de Guatemala, Jimmy Morales, en medio de la creciente llegada de indocumentados a territorio estadounidense, la mayoría centroamericanos y entre éstos, guatemaltecos.

Pero Morales suspendió la cita luego de que la Corte de Constitucionalidad (CC) decidiera que cualquier acuerdo para convertir a Guatemala en un tercer país seguro para migrantes solicitantes de asilo debía ser aprobado primero por el Congreso.

“Teníamos un acuerdo, y luego (…) anunciaron que no podían sellarlo porque tenían un fallo de la Corte Suprema. En otras palabras, no querían firmarlo“, insistió Trump más tarde en un evento con adolescentes.

El gobierno de Morales ha negado que la intención de la reunión con Trump fuera firmar un pacto en ese sentido, pese a que funcionarios guatemaltecos habían reconocido negociaciones con Estados Unidos.

En un mensaje en Twitter, la canciller guatemalteca, Sandra Jovel, responsabilizó de las amenazas de Trump a quienes accionaron legalmente para impedir que Morales concretara ese eventual acuerdo, entre ellos un excandidato presidencial, un grupo de excancilleres y el ombudsman.

Los candidatos en el balotaje del 11 de agosto, Sandra Torres y Alejandro Giammattei, han criticado un pacto así por considerar que Guatemala no está preparada para recibir migrantes.

El mismo 15 de julio en que se canceló la visita de Morales, el gobierno de Trump anunció una normativa que restringe el acceso a asilo en Estados Unidos a migrantes que llegan desde México, lo cual en los hechos implica que la mayoría de los centroamericanos deberían buscar refugio en Guatemala o México.

La medida, que entró en vigor hace una semana, ya fue demandada en los tribunales.

Remesas clave

La economía guatemalteca depende sustancialmente del dinero que envían sus emigrantes, principalmente desde Estados Unidos. Según el reporte de julio del Banco de Guatemala, las remesas familiares superaron los US$4.900 millones en el primer semestre del año, un 12% más que en el mismo periodo del año anterior.

Estados Unidos es el primer socio comercial de Guatemala, con el que integra el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (CAFTA-DR), vigente entre ambos países desde 2006.

El comercio bilateral totalizó unos US$11.365 millones en 2018, de los cuales unos US$3.900 millones corresponden a productos guatemaltecos, según datos oficiales de Guatemala.

No es la primera vez que Trump amaga con tomar represalias económicas contra un país por considerar que no frena la immigración ilegal a Estados Unidos. A finales de mayo, Trump amenazó con imponer aranceles progresivos de 5% hasta 25% a las importaciones de México, su principal socio comercial.

Tras intensas negociaciones, ambos países lograron un acuerdo el 7 de junio, aún sujeto a evaluación a los 90 días. Según lo negociado, el gobierno mexicano se comprometió a tomar “medidas sin precedentes” para detener a los migrantes, en particular en su frontera con Guatemala. A cambio, Estados Unidos dejó los gravámenes “suspendidos indefinidamente”.

El gobierno de México ha insistido desde entonces en su negativa a convertirse en un tercer país seguro.

EE.UU. detuvo un récord de 144 mil inmigrantes indocumentados en la frontera con México en mayo, un peak en 13 años. En junio la cifra se ubicó en 104 mil: un aumento del 142% respecto al año anterior.

La mayoría son familias del llamado Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador) que huyen de las condiciones de pobreza y violencia en sus países.