Centenas de miles de estudiantes y profesores de todo Brasil denunciaron el miércoles los bloqueos de recursos para la educación anunciados por el gobierno de Jair Bolsonaro, que atribuyó la agitación a la manipulación de “idiotas útiles” por activistas de izquierda.

Las huelgas y los actos de esta primera gran ola de contestación contra el exmilitar ultraderechista, que asumió el 1 de enero, se extendieron por casi 200 ciudades de los 27 estados del país, según informes oficiales compilados por la prensa.

Los manifestantes apuntaron igualmente contra la reforma del sistema de jubilaciones -considerada esencial por el gobierno para enderezar las cuentas públicas- y contra la reciente ordenanza de Bolsonaro que flexibilizó el porte de armas.

El balance oficial de participantes es imposible de establecer, porque las autoridades de muchos estados -como Rio de Janeiro- no publican estimaciones.

Agence France-Presse
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Las imágenes aéreas de la televisión mostraron impresionantes muchedumbres desfilando por Rio y Sao Paulo, donde los organizadores estimaron una participación de 150.000 personas que corearon consignas como “Saquen las manos de la educación” y “Libros sí, armas no”.

Igualmente según los organizadores, hubo 70.000 manifestantes en Salvador (nordeste), 20.000 en Curitiba (sur) y 15.000 en Belo Horizonte (sudeste).

La jornada transcurrió mayormente sin incidentes, fuera de un choque entre grupos de jóvenes y policías en Porto Alegre (sur) y del incendio de un autobús en Rio tras el fin de la marcha.

Las protestas denuncian los planes del ministro de Educación, Abraham Weintraub, de bloquear recursos, incluyendo el 30% del presupuesto no obligatorio de las universidades federales. La medida compromete miles de becas para estudiantes, así como el pago de las cuentas de luz, agua, servicios de limpieza y seguridad.

El gobierno alega que no se trata de recortes definitivos, sino de una congelación de fondos habitual en todas las áreas cuando los ingresos previstos son inferiores a los contemplados por los presupuestos.

Weintraub, convocado por la Cámara de Diputados, explicó que el nuevo gobierno “no es responsable del desastre de la educación básica brasileña” y advirtió que la “autonomía universitaria no es soberanía. Las universidades tienen que respetar las leyes”.

Agence France-Presse
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