El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció este martes como una “provocación” la presencia de un buque estadounidense a 26 kilómetros de las costas venezolanas durante la semana pasada, de donde se retiró tras la exhortación de un patrullero.

“Sin duda alguna, una provocación contra Venezuela para probarnos, para ver qué hacía nuestra Armada Bolivariana, para ver si teníamos miedo, si dudábamos, si vacilábamos en la defensa”, dijo Maduro.

Frente a unos 1.900 soldados en un destacamento de la Infantería de Marina en el estado Vargas (norte), el mandatario socialista destacó que la reacción de la Fuerza Armada “fue ejemplar”.

“Respuesta de serenidad absoluta. Frente a cualquier circunstancia, nervios de acero, nervios de acero hubo”, añadió al condecorar a militares por su lealtad durante el fallido alzamiento de un reducido grupo de uniformados el pasado 30 de abril.

El 8 de mayo, un navío de la Guardia Costera de Estados Unidos fue detectado a 14 millas náuticas (26 km) del puerto de La Guaira (norte), en “aguas jurisdiccionales” venezolanas, debiendo cambiar su rumbo por solicitud de la Armada, según el reporte oficial.

Maduro aseguró que Estados Unidos busca “dividir a la Fuerza Armada, confundirla” para que le retire su apoyo en medio de la pugna por el poder con el opositor Juan Guaidó, reconocido como mandatario interino de Venezuela por medio centenar de países.

En el mismo acto, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, señaló que Washington -el más ferviente aliado de Guaidó- ha desatado “una guerra multidimensional” para “quebrar el espíritu” de los venezolanos.

“No miden consecuencias. Han desatado una guerra (…) no convencional contra el pueblo de Venezuela para quebrarlo en su espíritu”, apuntó.

La Casa Blanca, que no descarta una acción militar frente a la crisis venezolana, expresó respaldo a la sublevación encabezada por Guaidó, tras la cual el oficialismo emprendió una ofensiva judicial contra diputados opositores que participaron en los hechos.