Un grupo de 93 migrantes cubanos fue deportado desde México este jueves, luego de que varios isleños intentaran escapar del centro migratorio en que estaban retenidos en Chiapas, un estado del sur, informó el Instituto Nacional de Migración (INM).

Hacia la media noche del miércoles, “un grupo de personas de nacionalidad cubana albergadas en la Estación Migratoria Siglo XXI, en Tapachula, Chiapas, comenzó a movilizarse con la intención de realizar una salida no autorizada”, informó este jueves el INM en un comunicado.

Un equipo de agentes migratorios y de la policía federal “contuvo esta iniciativa”, pero tras el zafarrancho, “se trasladó a seis personas, acompañadas de un familiar, al hospital de Tapachula para ser atendidas por crisis nerviosa”, añade el parte.

Estas personas ya fueron de alta, según las autoridades.

Un cubano, que se hallaba al interior de la estación migratoria y pidió el anonimato, dijo a la Agence France-Presse a través de una llamada telefónica que policías rociaron gas lacrimógeno para disipar al grupo que quería salir por la fuerza y recuperar el control de las instalaciones.

La semana pasada, medio millar de cubanos protagonizaron un motín y una fuga masiva de la estación migratoria de Tapachula -fronteriza con Guatemala-, donde son retenidos en condiciones de hacinamiento mientras intentan obtener permisos para transitar por México con el objetivo de llegar a Estados Unidos.

Mientras el presidente estadounidense Donald Trump avanza su ofensiva antiinmigrante en la frontera con México, miles de cubanos han llegado en masa desde finales del año pasado hasta la fronteriza Ciudad Juárez para pedir asilo.

Tras el histórico restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba en 2015, finalizó la política “pies secos, pies mojados”, por la cual los migrantes cubanos interceptados en el mar eran devueltos a su país, pero los que llegaban a tierra estadounidense, aún indocumentados, podían obtener la residencia permanente.

Como resultado, los cubanos deben pedir asilo antes de pisar el suelo estadounidense, pero en la era Trump las relaciones bilaterales se deterioraron y Washington cerró sus servicios consulares en La Habana.

Desde entonces, los cubanos deben solicitar visas en embajadas norteamericanas en otros países -una misión casi imposible ahora que los cubanos no tienen privilegios migratorios- o hacer un complejo periplo desde Suramérica para llegar a la frontera mexicano-estadounidense.