El opositor venezolano Juan Guaidó recibió este miércoles el respaldo de miles de seguidores en las calles, pese al fracaso del alzamiento militar que lideró contra el presidente Nicolás Maduro, quien prometió responder con mano dura.
Una enorme multitud atendió en Caracas el llamado de Guaidó para exigir que Maduro “cese la usurpación del poder”. Las protestas degeneraron en disturbios que dejaron una joven fallecida y 46 heridos, según organizaciones de derechos humanos y servicios de salud.
Jurubith Rausseo, de 27 años, murió en una clínica tras recibir un disparo en la cabeza.
“Me comprometo a hacer que la muerte (de Rausseo) le pese a quienes decidieron disparar contra un pueblo que decidió ser libre. Esto tiene que parar”, reaccionó Guaidó, reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países.
En las refriegas, militares y policías lanzaron bombas lacrimógenas contra manifestantes, que respondieron con piedras y cócteles molotov, constató la AFP. Hubo disparos a medida que los choques recrudecían.
“Todos los soldados vieron el respaldo contundente del pueblo que los va a acompañar”, dijo Guaidó más temprano a sus partidarios, recordando que miles se volcaron el martes para respaldar la rebelión de un grupo de militares en la base aérea de La Carlota, en Caracas.
“No me va a temblar el pulso, cuando la justicia lo ordene, de meter tras las rejas a los responsables de este golpe criminal”, amenazó a su vez Maduro durante una masiva movilización en el centro de Caracas por el Día del Trabajador, que celebró el fracaso del alzamiento.
La escalada avivó también las tensiones entre Washington y Moscú, luego de que el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, acusara a su par ruso, Sergei Lavrov, de desestabilizar a Venezuela con su apoyo a Maduro, en conversación telefónica.
Lavrov denunció en tanto una “influencia destructiva” de la Casa Blanca, luego de que este miércoles Pompeo reiterara que “una acción militar es posible” en Venezuela.
Más calle
Aunque Guaidó llamó a la Fuerza Armada a sumarse al levantamiento, la cúpula militar reiteró lealtad a Maduro y 25 insurrectos terminaron pidiendo asilo en la embajada de Brasil.
También se asiló en la legación de España Leopoldo López, liberado por los rebeldes de su prisión domiciliaria y con quien Guaidó lideró la sublevación.
“Vamos a seguir en las calles (y) el régimen va a tratar de acentuar la represión, de perseguirme”, advirtió Guaidó.
La oficialista Asamblea Constituyente ya lo despojó de su inmunidad legislativa.
“Lo que estamos viviendo es un infierno (…), tengo fe en que el pueblo en la calle va a lograr que la olla reviente”, dijo a la AFP Evelinda Villalobos, de 58 años, habitante del estado Zulia (noroeste), donde también hubo protestas, así como en otras regiones.
En un ambiente festivo y con la consigna de “no pasarán”, los chavistas celebraron de su lado el fracaso de la insurrección.
“No es la primera, ni será la última vez que la oligarquía financiada y apoyada por el imperialismo yanqui tratará de mermar las esperanzas del pueblo”, expresó a la AFP Valmore Rodríguez.
Militares, el árbitro
Maduro aseguró que el “golpe” fue dirigido por John Bolton, asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, que sostiene que encarcelar a Guaidó sería el “último error de la dictadura”.
Washington presiona al gobierno de Maduro con sanciones, incluido un embargo petrolero desde fines de abril. El gobernante socialista recibió este miércoles otro revés, pues un tribunal negó un recurso que buscaba impedir que Guaidó represente a Venezuela en cortes estadounidenses.
Tras la sublevación del martes, Washington advirtió además al ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, a quien le ha ofrecido levantarle sanciones, que está ante la “última oportunidad” de romper con Maduro.
Según la Casa Blanca, Padrino se había comprometido a apoyar el “derrocamiento” del mandatario, quien estaba listo para huir a Cuba. “Jamás me rendiré al imperialismo”, respondió el gobernante socialista este miércoles.
Para Michael Shifter, de Diálogo Interamericano, las amenazas estadounidenses contra Maduro forman parte de una política que “parece haber sido elaborada más por deseos que por una estrategia clara”.
Por eso, dijo a la AFP, “muchas veces son contraproducentes” para una transición.
El politólogo Luis Salamanca estima que Maduro y Guaidó entraron una disputa por el respaldo de los militares, pilares del mandatario, a quienes según expertos éste les ha otorgado amplio poder político y económico.
“Algunos han sido ganados por Guaidó, pero los jerarcas siguen del lado del gobierno”, expresó el analista.
“Ni Maduro ni la oposición están en una posición fortalecida. Maduro hará todo para permanecer en el poder y la oposición hará todo para mantener la presión bajo el liderazgo de Guaidó. Pero el árbitro final serán las Fuerzas Armadas”, subraya Shifter.
Guaidó se proclamó presidente encargado el 23 de enero, luego de que el Legislativo, de mayoría opositora, declarara usurpador a Maduro por reelegirse en comicios “fraudulentos”.
