El jefe parlamentario Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado de Venezuela por más de 50 países, quedó inhabilitado para ejercer cargos públicos durante 15 años, en un contexto cada vez más crítico por masivos apagones y la puja entre Washington y Moscú por sus relaciones con Caracas.

La Contraloría, el órgano que vigila a las instituciones públicas, resolvió “inhabilitar para el ejercicio de cualquier cargo público al ciudadano (Juan Guaidó) por el período máximo establecido en la ley”, de 15 años, dijo el contralor oficialista Elvis Amoroso en la televisión gubernamental.

De inmediato en un mitin, el líder opositor desconoció la sanción alegando que Amoroso fue designado por la chavista Asamblea Constituyente, que tilda de ilegítima.

Cada día que estoy en la calle es una derrota para el régimen. Si me llevan preso, va a ser su última derrota
- Juan Guaidó

“No es contralor. No lo es (…), ni existe una inhabilitación (…). El Parlamento legítimo es el único que puede designar un contralor”, dijo.

La Contraloría alega que Guaidó no ha justificado gastos realizados en el país y en el extranjero, con fondos supuestamente provenientes del exterior.

“Ha realizado más de 91 viajes fuera del territorio con un costo que supera los 310 millones de bolívares (unos 94.000 dólares), sin justificar la fuente de ingreso”, aseguró.

En una concentración posterior, Guaidó reiteró que el gobierno del presidente Nicolás Maduro quiere arrestarlo, pero no se atreve.

Agence France-Presse
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“Cada día que estoy en la calle es una derrota para el régimen. Si me llevan preso, va a ser su última derrota”, sostuvo.

El Congreso, de mayoría opositora, fue declarado en desacato por la Corte Suprema en 2016, por lo que todas sus decisiones son consideradas nulas. La oposición acusa a los magistrados de servir a Maduro.

Movilizaciones por apagón

Guaidó ratificó su llamado a protestar el sábado por los masivos apagones que golpean el país desde el 7 de marzo.

En respuesta, Maduro convocó a “una gran movilización” contra lo que califica de “nueva arremetida criminal contra el sistema eléctrico”. También pidió a los “colectivos” -grupos chavistas que la oposición denuncia que están armados- “cero tolerancia con las guarimbas”, como llama a las protestas violentas.

La jornada laboral, suspendida desde el martes, se reanudará el viernes, y el lunes los estudiantes volverán a clases, anunció el gobierno, asegurando que la luz ha regresado para la “inmensa mayoría del pueblo venezolano”, de 30 millones de habitantes.

No creemos que terceros países deban preocuparse por nuestras relaciones bilaterales
- Portavoz presidencial ruso

“Esto desespera a cualquiera (…) ya basta; no es el primer apagón y siempre caen embustes”, se quejó Mauro Hernández, de 57 años, quien para llegar a su trabajo debió caminar una hora y media, y volver cargando garrafones de agua.

Según el mandatario socialista, un francotirador provocó una explosión en la hidroeléctrica de Guri, que genera el 80% de la electricidad del país. El estallido, añadió, produjo un incendio que prolonga el apagón.

La crisis eléctrica ha afectado el suministro de agua y provocado la parálisis del transporte -incluido el metro de Caracas-, así como cortes en las comunicaciones que golpean a la banca electrónica, vital por la escasez de efectivo generada por la hiperinflación.

Esas fallas se han venido subsanando en la capital y otras regiones, aunque persisten en estados occidentales como Zulia y Lara, según usuarios.

Venezuela volvió a quedar a oscuras casi 20 días después de sufrir el peor apagón de su historia, que paralizó el país durante una semana.

Moscú: “No interferimos”

Un día después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, exhortara a Rusia a retirarse de Venezuela, Moscú aseguró este jueves que sus tropas permanecerán en el país sudamericano “el tiempo que sea necesario” y dijo a Washington que no se “preocupe” por sus relaciones con Caracas.

“No creemos que terceros países deban preocuparse por nuestras relaciones bilaterales”, declaró el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov. “No estamos interfiriendo en absoluto”, añadió.

Archivo | Agence France-Presse
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Dos aviones rusos, un Antonov An-124 y un Ilyushin Il-62, llegaron la semana pasada a Venezuela.

Según medios locales, transportaban 99 militares y 35 toneladas de material, bajo el mando del jefe del Ejército de Tierra, el general Vasili Tonkoshkurov.

En medio de la presión internacional contra Maduro, Rusia y China, principales acreedores de la deuda externa venezolana (estimada en 150.000 millones de dólares), se han convertido en los grandes aliados de Maduro.

La portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova, reiteró que se trata de “especialistas” que llegaron al país como parte de acuerdos de cooperación.

Reunido en Quito, el Grupo de Contacto Internacional (GCI) sobre Venezuela rechazó la inhabilitación de Guaidó, sin dar a conocer avances para una salida electoral a la crisis venezolana. El grupo lo integran ocho países europeos y cuatro latinoamericanos.

Desde hace una década, los apagones son frecuentes en Venezuela y sistemáticamente el gobierno los atribuye a sabotajes.

En el pulso por el poder, Guaidó prepara una movilización hacia el palacio presidencial de Miraflores en Caracas para asumir su control, asomando este jueves el 19 de abril como fecha probable, y no descarta pedir al Legislativo autorizar el ingreso de una misión militar extranjera.

Washington, su más ferviente aliado, tampoco excluye una acción militar para deponer a Maduro, a quien se ha propuesto estrangular económicamente con sanciones como un embargo petrolero que se hará efectivo este 28 de abril.