Cuba refutó el martes la declaración del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, sobre el referendo constitucional celebrado el domingo en la isla, y exigió a Washington dejar de “interferir” en los procesos electorales de otros Estados.

“Cuba rechaza enérgicamente la irrespetuosa declaración del Departamento de Estado de los Estados Unidos, adjudicada” a “Pompeo, en la cual se pretende cuestionar el referéndum constitucional libre y soberanamente celebrado por los cubanos”, señaló una declaración de su cancillería.

En un comunicado difundido este mates, Pompeo descalificó el referendo en el que los cubanos aprobaron la nueva Constitución del país, afirmando que “nadie debe ser engañado” por un proceso que “no hace nada más que perpetuar el pretexto para la dictadura”.

Esa declaración “es expresión del ideario imperialista profundamente enraizado en la política exterior del actual gobierno de Estados Unidos”, y refleja “la pretensión anunciada de imponer nuevamente en el hemisferio occidental la Doctrina Monroe, acompañada ahora por la intolerancia macartista”, añadió la cancillería.

Destacó que el pueblo cubano “apostó libremente en las urnas por la construcción del socialismo y lo hizo acudiendo masivamente a expresar su voluntad, a pesar de la perniciosa campaña del gobierno de Estados Unidos dirigida a influir en el voto”.

“El Departamento de Estado debe cesar la práctica de inmiscuirse en los asuntos internos de otros Estados e interferir en los procesos electorales o de votación de otras naciones”, añadió.

Con casi un 87% de los votos emitidos, los cubanos aprobaron la nueva carta magna, dando un sólido apoyo al socialismo, aunque sin la contundencia de antaño.

La nueva Constitución sustituye a la de 1976, que fue aprobada por el 97,7% de los votos. La reforma constitucional de 2002 para hacer “irrevocable” el socialismo obtuvo el 99,3%.