Venezuela vive por estas horas una tensión permanente que no se traduce en conatos públicos, peleas o violencia en sus calles, sino el temor a que algo va a pasar, pero nadie sabe con certeza qué es eso que se supone ocurrirá.

En esa línea no ayuda para nada el modelo informativo del régimen de Nicolás Maduro, ya que la prensa a la cual tiene acceso buena parte de la población, es afín al gobierno por ende muestran todo lo “bonito” de la administración en curso. Es ahí donde se inicia un problema mayúsculo, puesto que para los habitantes las redes sociales se han transformado en el canal de comunicación.

Y en esa línea se mezclan hechos ciertos con falsedades o algunos inescrupulosos que usan imágenes antiguas como si estuviera pasando, respecto a movimientos militares o de otro orden.

Por eso el estrés está a la orden del día y ante cualquier cosa, el paso de un avión militar o estruendos, la gente entra en sicosis. Un vecino de Caracas, Antonio Eloy, explicaba que frente a tanta información es mejor creerlo todo para estar prevenido.

Frente a esto, los que tienen acceso a internet desde su teléfono o en la casa recurren a periodistas reconocidos dentro de Venezuela. Es el caso de la periodista Carla Angola (2.250.430 seguidores), Caraota Digital (1.197.623), Luís Olavarría (518.943), entre otros, como La Patilla.

Lista de la verdad y Fake News

Es verdad, sí existen filas en las carnicerías para poder comprar carne de vacuno o de pollo y lo mismo en las pescaderías; si seguimos, también es cierto lo que ocurre con los cortes de agua en distintas zonas de la capital; sumar, que también es verdad que los salarios en general de la clase más pobre de Venezuela – la mayoría – llegan a los 6 dólares al mes, por ende, pese a que puedan existir alimentos en las góndolas de los supermercados estos son inalcanzables para su población.

En esa misma lista de hechos ciertos, está la triste postal de encontrarse día a día a niños y adultos mayores comiendo en los basureros de Chacao, Altamira, etc., es decir sectores acomodados de Caracas.

También es verdad que los hospitales, como en casi toda Latino América, están completamente colapsados, salvo que en Venezuela la falta de medicamentos hace que sea mucho más complejo salir de una enfermedad.

Es verdad que sus calles se han tornado peligrosas, por ende, la recomendación de un caraqueño es no portar cadenas de oro, celulares, mochilas vistosas, relojes, etc., por miedo a los asaltos.

Si seguimos dentro de lo que es cierto, imposible dejar fuera la falta de mantención de sus centros urbanos, calles oscuras y sin mantención reflejo de la falta de recursos.

Poder ver en televisión abierta algo más que no sea lo que hizo Nicolás Maduro en el día o lo que hizo hace 20 años Hugo Chávez es un lujo que solo pueden pagar los más acomodados, ya que la prensa libre o canales de operadores privados desaparecieron hace mucho tiempo, solo sobrevivieron los que dijeron sí al control del gobierno; para que hablar de los diarios que por el control del papel ya no están en los quioscos, nuevamente, solo quedaron los diarios oficialistas.

Dentro de lo que corroboramos en terreno como verdad, está la volatilidad de la moneda venezolana, el bolívar, que en un par de horas puede tener variaciones sustantivas respecto al dólar. Para cambiar de dólar a bolívar, los habitantes miran por Instagram el valor que están dando en un supuesto “mercado”, cuenta que se maneja desde Miami, y según ese “supuesto indicador” se cursa el cambio. Obviamente todo en la más absoluta informalidad.

Es efectivo también que si viaja a Venezuela lo mejor es tener un contacto local para que le ayude con una cuenta bancaria, ya que andar con la plata significaría arrastrar una mochila de billetes, situación que es compleja si pensamos que también es cierto lo de la inseguridad.

La lista de verdades es larga: desnutrición, falta de harina que es importante en la dieta normal de los venezolanos, familias de los altos dirigentes del gobierno que ocupan cargos claves dentro del Estado, la existencia de presos políticos y torturados por organismo de inteligencia, falta de independencia de los poderes, etc.

Pero luego del largo listado de verdades, que obviamente no están todas en la lista elaborada ya que tendríamos que ir por área, existe un cúmulo de noticias que son falsas o como se les conoce en inglés “fake news”.

Ejemplo de noticias falsas está una supuesta orden del régimen de Nicolás Maduro para reclutar en la milicia a jóvenes de 12 a 20 años. Incluso en internet se observan avisos, audios y videos en que se ve a policías subiendo a jóvenes a vehículos oficiales, sin embargo, hasta ahora nadie conoce a familias que efectivamente esté denunciado esas desapariciones.

Otro hecho falso es que la ciudad de Caracas esté paralizada o un clima de violencia en sus calles, todo lo contrario, la ciudad sigue su curso casi normal, salvo que las personas llegan temprano a sus casas para evitar transitar de noche. Los centros comerciales de Altamira están abiertos, con poca afluencia de público, pero funcionando.

Las plazas se perciben personas tratando de hacer su vida normal, en medio de toda la crisis humanitaria, económica y política que está viviendo el régimen.

Néstor Aburto (RBB)
Néstor Aburto (RBB)