El gobierno de México informó este jueves que 107 personas murieron el viernes pasado en la explosión de un ducto en el estado central de Hidalgo, según un nuevo balance de víctimas.
El accidente causó también 40 heridos, indicaron las autoridades.
La tarde del viernes, el ducto fue perforado provocando un potente chorro de gasolina que atrajo a varios pobladores de la localidad de Tlahuelilpan, en Hidalgo, incluyendo familias enteras, que con baldes y bidones recolectaban la gasolina cuando los sorprendió la explosión.
El estallido ocurrió en un momento en que el gobierno impulsa una estrategia nacional para acabar con el robo de combustible.
El martes pasado, el ejecutivo de Andrés Manuel López Obrador anunció planes sociales en zonas pobres donde ha florecido el robo de gasolina.
En el robo de combustibles participan desde grupos criminales que perforan ductos de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) y que cuentan con camiones cisterna y centros de almacenamiento, hasta algunos pobladores que venden la gasolina en bidones en carreteras comunales.
Poderosos cárteles de narcotraficantes también se han involucrado en esta industria ilícita, que en 2017 le costó al Estado mexicano unos 3.000 millones de dólares.
El “huachicol” -como se conoce en México al combustible robado- cuesta en promedio la mitad del precio de las gasolinas en el mercado y Pemex investiga si estaciones de servicio son abastecidas por grupos criminales.